viernes, 7 de agosto de 2015

PLASMARTE RADIO | Obsolescencia programada: ¿Y después de los recursos,qué?

[Escúchanos este viernes 07 de agosto a partir de las 21:00 hrs. por www.laexquisitaignorancia.com]


Es imposible ignorar cómo año con año, un sinfín de aparatos y enseres evolucionan, destacando mejoras que permiten mayor agilidad o presumiendo de ergonomía y funcionalidad para el ser humano. Mejoras que sin embargo, no alargan la vida útil del objeto. Cambia el tamaño, el color, la forma; quizá poseen mayor velocidad, o fuerza. Aunque tal vez sea tan sencillo, como que la competencia tiene un nuevo modelo y hay que seguir compitiendo en el mercado. 

El documental Obsolescencia programada nos ofrece en 1 hora, 14 minutos y 50 segundos, una concreta explicación de este leviatán que se alimenta no solo de los recursos del planeta para seguir aplastándonos, sino de nuestra obsesión por poseer lo último en el mercado, sea cual sea.



¿Qué es la obsolescencia programada?

Este concepto se remonta a 1932, cuando el corredor de bienes raíces, Bernard London, propuso poner fin a la Gran Depresión estadounidense a través de la obsolescencia programada. En su discurso de ese mismo año Bernard dejó claro que su objetivo era obligar a las fábricas a producir objetos que rápidamente se deterioraran y que tuviesen que ser sustituidos por uno nuevo producto, esto con el fin de reactivar la industria y la demanda en los mercados y con ello, hacer reaccionar la  economía de su país.
Primarily, this country and other countries are suffering from disturbed human relationships. Factories, warehouses, and fields are still intact and are ready to produce in unlimited quantities, but the urge to go ahead has been paralyzed by a decline in buying power. The existing troubles are man-made, and the remedies must be man-conceived and man- executed.Briefly stated, the essence of my plan for accomplishing these much to be desired ends is to chart the obsolesce of capital and consumption goods at the time of their production.Wouldn’t it be profitable to spend a sum of say two billion dollars to buy up, immediately, obsolete and useless buildings, machinery, automobiles and other outworn junk, and in their place create from twenty to thirty billion dollars’ worth of work in the construction field and in the factory? Such a process would put the entire country on the road to recovery and eventually would restore normal employment and business prosperity. (2015).

 ¿Será que este hombre jamás vislumbró las consecuencias de despertar a tal monstruo?

Aunque nunca se llegó a imponer por ley, esta propuesta se tomó como modelo de línea de negocio en muchas empresas. Llegó a su máximo esplendor en 1954 cuando el diseñador industrial estadounidense, Brooks Stevens, utilizó el término obsolescencia programada, en un discurso sobre lo que suponía la nueva producción en masa y lo que implicaba económicamente una producción más barata y con precios por debajo de lo que se venía produciendo.

De toda la producción industrial, sin duda alguna, es la obsolescencia programada de la tecnología, uno de los temas que han sido motivo de crítica y se han puesto sobre la mesa en los últimos años, cuestionando la fabricación de productos con una fecha de caducidad con la que obligar al consumidor a comprar cada determinado tiempo. 

¿Podríamos vivir sin la obsolescencia programada?

Es imposible negar la existencia de la obsolescencia en la tecnología. No solo existe, sino representa uno de los excesos del consumismo y está disponible, casi para cualquier sociedad. Aunque tampoco se puede ignorar, cierta obsesión entre los consumidores por renovar sus aparatos y situarse en un status superior al que conserva el aparato anterior. En muchas ocasiones, estos aparatos aún están en condiciones de ser utilizados, sin embargo se les desecha sin la mínima conciencia de lo que implican para el planeta. 




¿Somos consientes del paradero de nuestros desechos electrónicos?

Todos los días surgen miles de nuevos dispositivos electrónicos que desplazan a otros que, al considerarse obsoletos, son desechados inconscientemente en la basura o bien acumulados sin cuidado, ignorando el hecho de que siguen contaminando. El 70% de las toxinas que se desprenden de los tiraderos de basura, proviene de nuestros desechos electrónicos.

Buena  parte de la basura electrónica de países como Estados Unidos se recicla en la India y China, donde se procesa para recuperar plomo, oro y otros metales de valor. Pero en el proceso, otros elementos como el cadmio o el mercurio pueden contaminar la tierra y el agua. 

Como ya lo hemos leído, debido a la obsolescencia programada, la vida útil de nuestros aparatos está programada para un tiempo finito, estos aparatos en su mayoría, no  suelen ser reparados, ya que su reparación suele ser más costosa que la adquisición de un aparato nuevo.  Entonces nos deshacemos del aparato que ya no funciona y lo depositamos en cualquier lugar, sin saber que estos productos causan daños graves a nuestro organismo y a la naturaleza.

Entre las sustancias que componen los diferentes aparatos, podemos encontrar éteres, plomo, cobre, cadmio, arsénico, selenio, cromo, cobalto, mercurio, entre otras.  El cobre, por ejemplo, es muy utilizado para toda la electrónica por su gran capacidad de conductividad. Sin embargo es uno de los factores que provoca la lluvia ácida, junto con otros muchos impactos como son la alteración de la permeabilidad de la membrana celular, la reducción del crecimiento o la inhibición de la fotosíntesis.

El caso del plomo, que representa el 6% de la composición de la mayoría de equipos informáticos, puede provocar acumulación del mismo en los animales y personas, causando graves efectos en su salud por envenenamiento, e incluso la muerte por paro respiratorio. Por otro lado, el mercurio afecta al sistema nervioso y neurológico de los mamíferos y los humanos. Por lo tanto, deberíamos de pensar qué hacemos con las bombillas y tubos que dejamos en los contenedores de basura.

Es algo de todos los días, ver abandonados aparatos en las calles formando parte del paisaje. Por ésta razón, hay que tener conciencia al momento de comprar un nuevo aparato electrónico. ¿Realmente lo necesitamos? Si deja de funcionar, ¿Es posible repararlo? Sí por el contrario no tiene remedio, podemos llevarlo a un punto de depósito seguro, en el caso de los teléfonos móviles y las baterías a los puntos de reciclaje. Sin duda, esto no solucionará totalmente el problema, es solo una pequeña forma de ayudar a respirar al planeta, crear hábitos y conciencia en términos de sostenibilidad en nosotros y nuestras familias.

Vik Muniz y su arte de basura

Vik Muniz (São Paulo, 1961), convierte la basura en arte. Lejos de los materiales clásicos, Vik se vale de latas oxidadas, llantas desinfladas, botellas de plástico y tapas de inodoros desechadas para construir imágenes. El interés particular de realizar esta serie, es el reflexionar sobre el poder que tiene el arte para crear ilusiones y el interés del espectador en creer en ellas. 

“No se trata de producir algo increíble, sino de producir algo en lo que quieres creer.” (Muniz, 2014).

El documental Waste Land (2009) recoge su experiencia con recicladores en Río de Janeiro, y cómo obras nacidas de la basura se vendieron por miles de dólares en subastas de Nueva York. Su trabajo siempre tiene que ver con el exceso, sea la basura o el dinero.

En una entrevista para la revista limeña, El Comercio, Vik comento su sentir acerca de  la verosimilitud de la imagen hoy en día:
La revolución industrial transformó nuestra percepción y para ello la fotografía fue una herramienta muy importante. La gente empezó a acceder al mundo a través de la imagen, y a generar deseos que no podían ser satisfechos. La dicotomía entre el ser y querer ser se exacerbó sin mesura. Para mí, la definición de exceso es la discrepancia entre lo que necesitas y lo que quieres tener. Yo nací a las afueras de una favela de Sao Paulo, y, desde esta perspectiva, puedo estar en una gala del Museo Metropolitano de Nueva York o recibir el encargo de un oligarca ruso para su chalet. Mi responsabilidad no es solo mostrar el contraste entre estos dos mundos, sino hacerlos encontrarse. En “Waste Land” lo interesante no era mostrar quiénes son los pobres y quiénes los ricos. Esos contrastes los conocemos muy bien. El tema era ponerlos  juntos, en una situación dinámica. (2014)

La idea inicial de Muniz era hacer fotos de las personas trabajando, sin embargo, al involucrarse con sus historias de vida, cambia su perspectiva y decide recrear imágenes fotográficas que sean capaces de expresar la dignidad y la desesperación de este colectivo.  La película también enseña el lado humano de los catadores, mostrando la importancia de su trabajo, su preocupación con el futuro del planeta y el orgullo que tienen de lo que hacen.  Las fotos tuvieron una gran aceptación. El dinero recaudado con la venta de las fotos fue revertido en los propios recicladores.

El documental, Waste Land, ha sido galardonado con diversos premios como el premio de la audiencia en el Festival de Sundance, el  premio de la Amnistía Internacional a mejor película de derechos humanos y fue nominado al Oscar 2011 en la categoría, mejor documental.


Después de 34 años de funcionamiento, el vertedero de Jardim Gramacho, cerró el 3 de junio de 2012. Actualmente este sitio alberga una planta de biogás. Esta tiene como objetivo ayudar al desarrollo sustentable de la región, que utilizará el biogás producido a partir de los residuos en lugar de gas natural.
























Talita Quiñones
PlasmArte Ideas, agosto, 2015

FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas









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Referencias

Eva, C. (2014) Obsolescencia programada: un duro enemigo para el ahorro. Actibva Magazine. Visto el 04 de agosto de 2015. Tomado de: VER AQUÍ

Las impactantes obras de Vik Muniz. (2014) La Bioguia. Visto el 04 de agosto del 2015. Tomado de: VER AQUÍ

Vik Muniz: “Vivimos en medio de un basural de información. (2014) El comercio. Visto el 05 de agosto del 2015. Tomado de: VER AQUÍ

Suyan, C., Vik Muniz, la extraordinaria basura. UnitedExplanations. Visto el 05 de agosto de 2015. Tomado de:VER AQUÍ

¿A dónde va aparar la basura electrónica? (2012) Olokuti. Visto el 05 de Agosto de 2015. Tomado de: VER AQUÍ

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