jueves, 31 de mayo de 2018

ENSALADA FREAK | RETRO-MENDACIÓN: The Monster Squad




Sección coordinada por David A. Becerra*



En 1987 apareció en formato de video la película The Monster Squad, en México conocida como El escuadrón antimonstruos. Esta producción fue dirigida por Fred Dekker (1959) y al poco tiempo, para variar, se volvió una película de culto del cine B (como muchas otras de esa época). 


La trama sigue de la siguiente forma: cien años en el pasado, Abraham van Helsing combate en una batalla final a las malvadas fuerzas de Drácula; sin embargo, no logra su objetivo de derrotarlas y pasado un siglo en un suburbio de Estados Unidos (esos famosos suburbios que tiene una calle llamada Elm o una localidad conocida como Hill Valley), un grupo de niños admiradores de las películas clásicas de monstruos, medio nerds, inadaptados, como los personajes de la serie Stranger things, forman el llamado: Monster Squad. No pasará mucho tiempo para que este grupo entre en acción. 

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Aparte de Drácula, estos niños enfrentarán al monstruo de Frankenstein, al Hombre Lobo, La Momia y el monstruo de la Laguna Negra. Creo que es una de las pocas ocasiones donde podemos ver reunidos a todos los monstruos clásicos en una sola producción; aunque podríamos hacer la acotación de que aquí en México nos adelantamos por mucho a eso, en 1973 la película de José Estrada, Chabelo y Pepito contra los monstruos, hizo un trabajo similar al juntar también a todos los personajes del cine de terror:  La Momia, El hombre de la laguna verde, Frankenstein y el Vampiro, en una misma producción; y no es la única, ese mismo año apareció Chapulina contra los monstruos; tampoco podemos olvidar al clásico de luchadores Santo y Blue Demon contra los monstruos (1970) y, por último, citar a la más extraña de todas, Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos (1962). 

Bueno, regresando a The Monster Squad, un dato interesante es que tuvo la participación del maestro de maestros, el mítico Stan Winston, quien desarrolló los efectos especiales de la producción.

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Den una mirada a The Monster Squad, una cinta de bajo presupuesto que por el aire nostálgico ha permanecido en la mente de muchos cinéfilos desde hace mucho tiempo, y, si ya están en esas, pues también busquen a sus contrapartes mexicanas, que son más extrañas y un poco menos conocidas. 

Aquí el trailer para animarles:










David A. Becerra.
PlasmArte Ideas, mayo, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas
  

Ensalada Freak es coordinada por David A. Becerra.
[*Cocinero de primera, perdón de primer año, 
experto en revolver cosas sin un orden específico, 
se me encargó la elaboración de ensaladas y otros platillos. 
Tengo la intención de escribir varios libros,
 de cursar varios diplomados, algunas maestrías y un par de doctorados, 
 hablo más o menos español, y lo escribo al 50%;  
soy el fundador y único miembro de mi propio fanclub de Star Wars.]

Contacto: davidalfonsobecerra@gmail.com


martes, 29 de mayo de 2018

COCTEL DE LETRAS | Colaboración especial - Hacia las formas de amor no convencionales


Sección coordinada por Inés M. Michel*







Colaboración de Blanca Olivia Villarroel Higareda 






¿Cuándo fue la primera vez que te dijeron cómo debías amar? ¿La recuerdas? 
Ese momento en que dejaron caer sobre ti la sentencia heteronormativa
 que marcaría tu camino para evitarte un “peligroso desvío”.




Por muchas razones, involucradas con cuestiones predominantemente de poder, nos han creado la historia de la “bella monogamia” como un estándar de comportamiento, refugiados bajo las creencias de su aparente proteccionismo, la monogamia como una base para mantener funcionando la sociedad, para la “buena” familia, para el “amor verdadero”, pero lo sorprendente no es que se nos hayan creado miles de razones para ajustarnos a este estricto patrón de comportamiento, lo sorprendente es que las hayamos creído y convertido en absolutas sin siquiera cuestionarlas, el peligroso camino del “dar por hecho” que ha condenado tantas veces un sinnúmero de aspectos de la vida sexual.

Si la monogamia es tan idónea, ¿cómo es que no siempre se siente así?, ¿cómo es que a veces no nos une sino que nos ata y nos asfixia con su “deber ser”? 

Recuerdo un día que una de mis profesoras, Karla Barrios, abrió en clase el planteamiento con respecto a reflexionar en cómo la monogamia al ser establecida como una norma de comportamiento sexual nos limitaba la conformación de redes. ¿Parecería radical pensar que el control del cuerpo en el establecimiento de vinculaciones afectivas trascienda más allá de la pareja y que se instaure como todo un medio de control social?, quizá lo parezca ahora, después de que nos hemos creído el cuento de que la monogamia es lo natural, sin embargo, nos topamos todo el tiempo con una serie de evidencias antropológicas e históricas que nos demuestran lo contrario, pero el sexo y el poder nunca están desvinculados, tal como decía Foucault: “Se trata, más bien de un nuevo régimen de los discursos. No es que se hable menos: al contrario, se habla de otro modo; son otras personas quienes lo dicen, a partir de otros puntos de vista, y para obtener otros efectos… No cabe hacer una división binaria entre lo que se dice y se calla; habría que intentar determinar las diferentes maneras de callar, cómo se distribuyen los que pueden y los que no pueden hablar, qué tipo de discurso está autorizado o qué forma de discreción es requerida para los unos y los otros”, es entonces cuando entramos en conflicto, pues generalmente no nos construimos con una verdadera autonomía amorosa, sino que somos “educados” para seguir un camino dictado ante el cual tratamos de ajustar todas nuestras conductas o aún más preocupante, tratamos de ajustar ansiosamente incluso el surgimiento de cada uno de nuestros pensamientos, nos asustamos cuando nuestra imaginación o nuestro deseo nos toman por sorpresa y no los asumimos sino que los condenamos como traidores a nuestras “buenas costumbres”. (Foucault, 1976). 

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Tomada de: lamenteesmaravillosa.com


Reflexionar acerca de la monogamia pareciese sencillo, pero generalmente, al menos en la sociedad mexicana, aún no lo es, pues implica poner bajo grandes signos de interrogación una serie de expectativas, incluso de nuestros seres más cercanos, pero lo curioso es que, en algo tan íntimo como lo sexual, pasemos la mayor parte de nuestra vida esperando complacer más expectativas ajenas que propias y entonces terminamos por vivir un poco la vida de todos excepto la nuestra.

Nuestro panorama se ha reducido tanto con la heteronormatividad que a veces, incluso, perdemos de vista que la diversidad sexual va más allá de las orientaciones sexuales o erótico afectivas sino que implica todas las diferentes formas de vivir nuestra sexualidad y esto evidentemente incluirá las formas de vinculación afectiva, es entonces cuando en el campo sexológico nos hemos dado cuenta que las mal llamadas minorías sexuales resultan no ser una minoría y que lo normal entendido como la “norma estadística”, es decir, el patrón de comportamiento que más se repite, resultan no ser la monogamia ni la familia tradicional, no es entonces sorprendente que hoy esté surgiendo la necesidad de crear toda una revolución de palabras dentro del diccionario sexual para darle nuevos nombres a viejas conductas sexuales, conductas que han existido desde hace bastante tiempo pero que necesitaban ser nombradas para darles voz, además de esto está el surgimiento de nuevos movimientos que nos hacen generar otro concepto del amor, diferente al que creíamos inamovible.



Tomada de: facebook.com/PoliamorMexico


Sin embargo, a pesar de la valentía de estas formas de amor no monógamas su implementación en lo social ha sido un arduo camino lleno de obstáculos, el problema es que no vivimos en una sociedad donde creamos que la monogamia es una forma de vida más, ni siquiera podríamos decir que nos educan pensando que es la mejor forma de vida sino que nos educan pensando que es la única; y la ceguera hacia la diversidad sexual se convierte en algo tan grande que en el momento en el que “no encajamos” frecuentemente el dedo que señala al culpable nos hace señalarnos a  nosotros mismos como una falla en el sistema antes que cuestionar haber sido educados en un sistema fallido que nos instauro como única forma de vinculación la monogamia, que por cierto no ha demostrado ser 100% efectiva, y juzgamos la conducta de cualquier otro del mismo modo. La monogamia no es entonces elegida sino impuesta, ya lo dice Norma Mogrovejo: “La monogamia en tanto imposición, ha sido concebida a priori que el amor, en consecuencia pre-define el amor, dándole un carácter de verdadero. Una verdad que reclama universalidad. Si la monogamia da certeza, igual que el matrimonio, la familia, la propiedad, la filiación, la jerarquía y otras instituciones que nos reconocen como unidades económico-crediticias para el neoliberalismo, la incertidumbre es planteada como un reto”. (Norma Mogrovejo, 2016).

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Tomada de: facebook.com/benheineart

¿Realmente nos movemos en torno al amor? O, ¿movemos al amor para ajustarse a todos los prejuicios morales que nos dictan desde que tenemos memoria? Nuestra voz termina por perderse para siempre en el eco de las voces de miles y miles de personas que tampoco escogieron la monogamia, sino que se sometieron a ella cual si fuese un conquistador. Definitivamente entonces el contra-amor, la anarquía amorosa, el poliamor, las relaciones mono - no mono ( refiriéndonos a las formas de pareja en las que una de las personas es monógama mientras que la otra no) o el matrimonio abierto, la relación cerrada ocasional, han tenido un camino difícil de recorrer pues no son fácilmente validadas y mucho menos cuentan con alguna forma de respaldo en el marco legal. Cuando vemos, entonces, en el ámbito sexológico de una manera íntimamente cercana las vivencias personales de estas formas de amar nos encontramos con que la problemática inicial se encuentra en la discriminación que sufren o las dificultades para mantener en secreto una forma de relacionarse que pueda generar confrontaciones con la monogamia, pues es desde la monogamia desde donde se ha limitado muchas veces nuestro erotismo, tal como lo refiere Juan Carlos: “Bordear en las riberas de Eros nos evidencia siglos, milenios de historia (e histeria), durante la cual se han llevado los discursos del poder hasta lo íntimo de la alcoba; se aclaran sus detalles, sus fallas, sus márgenes, sus claro-oscuros y, en suma, se aclaran los mecanismos de dominación de una moral cuyo objetivo es el control de los placeres: el uso de los permitidos y la evitación de los prohibidos; la sexualidad sólo para la reproducción o sólo por placer”. (Meijueiro, 1994). Vivimos olvidando que la sexualidad está sujeta a un lugar y a un tiempo, que evoluciona, y que probablemente lo que hoy creemos absoluto, mañana no lo sea. Hemos creado toda una cultura que gira alrededor de la monogamia y el matrimonio, al grado que incluso modelos como la unión libre a veces lo único que tienen de libre es el nombre pues acaban ajustando todas sus conductas a la pareja tradicional solo que sin un papel que lo avale.

Nos hemos creado un sinnúmero de historias para justificar la monogamia cuyo origen fue cualquier cosa, menos amor, inclusive tal como lo dicen Nena y George en su libro Matrimonio abierto hablando con respecto a la fidelidad: “Por eso, para convencer a las mujeres de que orientaran todas sus tensiones sexuales única y exclusivamente hacia el marido, se inventó todo un sugestivo razonamiento: el sexo sería el artificio mediante el cual las esposas podrían tener bien agarrados a los maridos: sería en última instancia, el cebo en la trampa de la fidelidad… lo de menos era la propia satisfacción sexual de la mujer: se las instruía únicamente para satisfacer al máximo las necesidades del esposo”. (O'Neil & O'Neil, 1972). No usamos la fidelidad como el compromiso a acuerdos establecidos entre quienes deciden vincularse sino que la usamos como una manera de poseer al otro, creemos que la monogamia es garantía de fidelidad y la fidelidad garantía de amor, una de las diferencias radicales entre la monogamia tradicional y el poliamor, por ejemplo, no es la falta de compromiso en el segundo sino la manera en que se establece ese compromiso: “Estoy contigo porque quiero estar, no porque tenga que estar”, quizá una de las más grandes ventajas de las formas de amor no convencionales es que al no tener un guion preestablecido la experiencia y la adquisición de conocimientos nuevos se vuelven algo valioso y entonces la vinculación no se establece en una cuestión predecible y ya creada sino que se construye, se moldea, se habla.

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Tomada de: facebook.com/PoliamorMexico

Las formas de amor no convencionales asustan por el desconocimiento que gira muchas veces en torno a ellas, sin embargo, irónicamente otras tantas veces permanecemos tan asustados de las diferentes formar de amar que no vemos todas las formas de odiar que son socialmente permitidas, quizá sea momento para modificar el enfoque desde donde creamos nuestros afectos, mirando desde las posibilidades y no desde las limitaciones; finalmente, como dice Taormino: “Las reglas de la monogamia tradicional son claras: has prometido a una persona tu exclusividad emocional y sexual para siempre. Pero son las reglas no escritas con las que vas a tropezar”. (Taromino, 2015). 

La monogamia no es garantía de nada, pero el cuestionarla al menos nos ofrece la garantía de que podemos decidir un poco más nuestra vida sexual en lugar de que la decidan por nosotros, la monogamia puede ser una forma de vida más entre muchas otras, siempre y cuando sea elegida y no impuesta.    







Blanca Olivia Villarroel Higareda. 
Médica Sexóloga. 
PlasmArte Ideas, mayo, 2018.

Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas










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Bibliografía

Foucault, M. (1976). Historia de la sexualidad (Vol. 1). París : Siglo Veintiuno.

Meijueiro, J. C. (1994). La regulación social del erotismo. En C. J. Pérez Fernández, & E. Rubio Aurioles, Antología de la sexualidad humana (Vol. I, pág. 799). Ciudad de México, México: Porrúa.

Norma Mogrovejo. (2016). Contra-amor, pliamor, relaciones abiertas y sexo casual Reflexiones de lesbianas de Abya Yala. Bogotá, Colombia.

O'Neil, N., & O'Neil, G. (1972). Matrimonio Abierto. Nueva York: M.Evans and Company .
Taromino, T. (2015). Opening Up. España: UHF.

sábado, 26 de mayo de 2018

ENSALADA FREAK | COLD FISH: En fin de semana, todos somos asesinos


Sección coordinada por David A. Becerra*


Cold fish es una película del año 2010, dirigida por el aclamado poeta y director de cine japonés Sion Sono (1961), del cual ya hemos hablado en esta gustada sección de medianoche, con películas como Why Don't You Play In Hell? o Suicide Club.  En esta ocasión, el director nos cuenta la historia de Shamoto, un vendedor de peces tropicales que lleva una vida tranquila y monótona junto con su segunda esposa, Taeko y su hijastra, Mitsuko; un día por un problema en el que se involucra su joven hija, el matrimonio conoce al Sr. Murata, un alegre, exitoso y rico comerciante, que, casualmente, también es vendedor de peces de ornato; poco a poco van estableciendo un fuerte lazo de amistad que se ve sacudido por el “descubrimiento” de la vida secreta y los negocios peligrosos y además mortales del Sr. Murata, llevando a los límites de la cordura a Shamoto. 

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Pòster.

Para darle más lustre y eso, la historia está basada de manera “libre” en hechos que probablemente fueron verdaderos, bueno, en realidad se anuncia: “basada en hechos reales” pero ya saben cómo son esas historias. La referencia son los crímenes perpetrados por la pareja de asesinos Sekine Gen y Hiroko Kazama, quienes, durante los años 80, mataron a cuatro personas en Japón. 

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Tiene un alto grado de gore, toques de humor negro y un fuerte contenido de violencia. Una buena cinta de asesinos, que no es para disfrutar en familia. Cold fish, una producción que te hará mirar con cierta sospecha a tu vendedor en la tienda de abarrotes, porque todos son, potencialmente, asesinos.

Aquí el tráiler: 





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Nunca es tarde para ser un héroe





David A. Becerra.
PlasmArte Ideas, mayo, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas
  

Ensalada Freak es coordinada por David A. Becerra.
[*Cocinero de primera, perdón de primer año, 
experto en revolver cosas sin un orden específico, 
se me encargó la elaboración de ensaladas y otros platillos. 
Tengo la intención de escribir varios libros,
 de cursar varios diplomados, algunas maestrías y un par de doctorados, 
 hablo más o menos español, y lo escribo al 50%;  
soy el fundador y único miembro de mi propio fanclub de Star Wars.]

Contacto: davidalfonsobecerra@gmail.com







viernes, 25 de mayo de 2018

AL FILO DEL CAFÉ | Del dinero. Marx, entre Hegel y Shakespeare (Parte I)

Una teoría ética y política de la riqueza y pobreza (humana) en cuatro movimientos y una coda



Sección coordinada por J. Ignacio Mancilla*







“Los filósofos se han limitado a
interpretar el mundo de distintos
modos; de lo que se
trata es de transformarlo”.


Karl Marx, Décima primera Tesis sobre Feuerbach. 



“Caro Wilhelm:
Felicidad es el cumplimiento supletorio
de un deseo prehistórico. Por eso la
riqueza nos hace muy poco felices;
el dinero no ha sido un deseo infantil”.


Sigmund Freud. Carta 154, 16.1.98



“Marx parte de la función del mercado.
Su novedad es el lugar donde sitúa el 
trabajo. No es que el trabajo sea nuevo, 
sino que sea comprado, que haya un 
mercado del trabajo. Esto le permite a
Marx demostrar lo que hay de inaugural
en su discurso, y que se llama plusvalía. 
Resulta que este progreso inspira el acto
revolucionario que se conoce. O más bien, 
que se conoce muy mal, porque no es 
seguro que la toma del poder haya 
resuelto la subversión del sujeto –capitalista-
prometida por este acto, y que haya tenido de hecho
consecuencias faustas a gusto incluso de
los marxistas que habrían tenido que recogerlas”.


Jacques Lacan. De otro al otro (Seminario 16). 




Pequeña obertura a una sinfonía ético-política sobre la riqueza y pobreza (humana) en cuatro movimientos y una coda


Hace 174 años, un joven de 26 años se dio a la tarea de redactar unos cuadernos personales que hoy son más que famosos y conocidos como Cuadernos de París; en ellos escribió su primera concepción general crítica sobre la economía política. A partir de ahí, en un camino abierto por Friedrich Engels (1820-1895), quien sería su mejor amigo, no dejaría de estudiar el fenómeno social y económico de la riqueza y pobreza (humana) en su modalidad capitalista; y, en ese sentido, yendo mucho más allá que sus predecesores, los economistas clásicos, estableció las leyes sociales de la sociedad moderna. Mismas que formuló ya desde 1857 y 1859, pero que expresó de manera mucho más clara hasta la publicación, en 1867, del tomo I de su máxima obra teórica: El capital. Crítica de la economía política (Das Kapital. Kritik der politischen Oekonomie), que Engels vino a complementar con la publicación de los tomos II y III (en 1885 y 1894, respectivamente).


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De modo que este año, 2018, cuando celebramos el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx (quien nació un 5 de mayo de 1818 en Tréveris, Alemania), me he dado a la tarea de rescatar, en una reflexión muy sintética, los enormes alcances teórico-filosóficos de ese primer acercamiento crítico de uno de los hombres más influyentes en el devenir de la sociedad moderna. 

Conviene aclarar, de entrada, que Marx sigue muy de cerca a los economistas que hoy conocemos como clásicos; los cita no solamente a profundidad, sino profusamente; a la par que los va acotando con sus reflexivos comentarios. Haciéndoles decir expresamente lo que sostienen solo de manera implícita.

Vamos, pues, a desplegar nuestra lectura de tan importantes notas, que hoy nos exigen una cuidadosa relectura, para así poder posicionarnos ante la debacle moral y humana de nuestros días; como consecuencia del dominio capitalista y del endiosamiento mundial de las cosas (en tanto mercancías) y sobre todo del dinero.

Lo que hoy conocemos como neoliberalismo y que se ha concretado como globalización mercantil y financiera, en la que el dinero y las mercancías circulan libremente, pero no lo seres humanos; para ellos sigue habiendo fronteras y hasta se quiere, todavía, construir muros.


Primer (manuscrito)movimiento (Adagio): El salario


En este primer movimiento sumamente denso, económicamente, Marx empieza con el salario, para pasar después a la ganancia del capital, que divide en cuatro apartados: el capital; la ganancia del capital; la dominación del capital sobre el trabajo y los móviles del capitalista y la acumulación del capital y la competencia entre los capitalistas.

Es el manuscrito en el que más cita a los economistas, pues lo que intenta, según sus palabras es seguir la lógica del discurso de la economía política para mostrar sus contradicciones internas y decir, a partir de ellos, lo que no son capaces de sostener, porque ellos no pueden develar los secretos de la explotación capitalista: su dimensión profundamente inhumana. 

Desde la perspectiva que aquí nos interesa, la del dinero, el apartado que más nos llama la atención en este primer movimiento, es, por tanto, el relativo al trabajo enajenado. Desde muy temprano Marx tiene claras las consecuencias, en lo seres humanos, del predominio cósico de la lógica capitalista que Shakespeare supo captar tan bien dada su sensibilidad de gran artista.

Conviene adelantar que es Hegel el que le posibilita a Marx criticar, radicalmente, el discurso económico-político, por supuesto; pero que la profundidad que alcanza con este escrito juvenil en cuanto a desenmascarar no solo la enajenación económica, sino la alienación toda, tanto la política como la religiosa y la humana en general, Marx no la hubiera logrado sin William Shakespeare. Sobre todo sin esa singular obra en la que el más importante escritor inglés devela el poder enajenante del dinero, me refiero al Timón de Atenas.     


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Sí, es Shakespeare el que le hace posible una expresión más sensible y concreta del sentido de la enajenación dineraria, cuya expresión más abstracta la ha asimilado de Hegel; de ahí que cierre, precisamente, dichas notas juveniles con la exposición sucinta de La fenomenología del espíritu, particularmente sobre el último apartado de ésta, la dedicada al saber absoluto.   


Logrando, con esa exposición, radicalizar a la vez que hacer más concreta la filosofía hegeliana que, como discurso filosófico, no deja de ser abstracto. Mientras que con Shakespeare alcanza, mal que le pese a Harold Bloom, una sensibilidad puesta a flor de piel; ello bajo la mirada misantrópica de Timón de Atenas.


Segundo (manuscrito) movimiento (Andante): La relación de la propiedad privada 


Este segundo manuscrito, en el que trataría sobre todo la relación de la propiedad privada, lamentablemente se encontró incompleto.

De modo que no sabemos a ciencia cierta el despliegue que hizo Marx, textualmente, para culminar como lo hace en el tercer y cuarto manuscritos; los que cierran, magistralmente, con una muy apretada pero elocuente exposición de Hegel todo. En particular del Hegel de La fenomenología del espíritu, como ya se dijo.

¿Hubiera logrado Marx lo que hizo sin la lectura de William Shakespeare, en particular sin su conocimiento detallado de la trama literaria de Timón de Atenas y su desprecio por todo lo humano en tanto los seres humanos aprecian antes que nada las cosas y el dinero?

¿Se encuentra en Shakespeare, como sostiene Harold Bloom, mediante sus personajes, “la invención de lo humano”? 

¿Qué representa, desde esta lógica, el personaje de Timón de Atenas, para una comprensión radicalmente marxiana de riqueza y pobreza humana?

Continuará...








J. Ignacio Mancilla.
PlasmArte Ideas, mayo, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas
  
Al Filo del Café es coordinada por J. Ignacio Mancilla*.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]

Contacto: ig.man56@gmail.com