viernes, 25 de mayo de 2018

AL FILO DEL CAFÉ | Del dinero. Marx, entre Hegel y Shakespeare (Parte I)

Una teoría ética y política de la riqueza y pobreza (humana) en cuatro movimientos y una coda



Sección coordinada por J. Ignacio Mancilla*







“Los filósofos se han limitado a
interpretar el mundo de distintos
modos; de lo que se
trata es de transformarlo”.


Karl Marx, Décima primera Tesis sobre Feuerbach. 



“Caro Wilhelm:
Felicidad es el cumplimiento supletorio
de un deseo prehistórico. Por eso la
riqueza nos hace muy poco felices;
el dinero no ha sido un deseo infantil”.


Sigmund Freud. Carta 154, 16.1.98



“Marx parte de la función del mercado.
Su novedad es el lugar donde sitúa el 
trabajo. No es que el trabajo sea nuevo, 
sino que sea comprado, que haya un 
mercado del trabajo. Esto le permite a
Marx demostrar lo que hay de inaugural
en su discurso, y que se llama plusvalía. 
Resulta que este progreso inspira el acto
revolucionario que se conoce. O más bien, 
que se conoce muy mal, porque no es 
seguro que la toma del poder haya 
resuelto la subversión del sujeto –capitalista-
prometida por este acto, y que haya tenido de hecho
consecuencias faustas a gusto incluso de
los marxistas que habrían tenido que recogerlas”.


Jacques Lacan. De otro al otro (Seminario 16). 




Pequeña obertura a una sinfonía ético-política sobre la riqueza y pobreza (humana) en cuatro movimientos y una coda


Hace 174 años, un joven de 26 años se dio a la tarea de redactar unos cuadernos personales que hoy son más que famosos y conocidos como Cuadernos de París; en ellos escribió su primera concepción general crítica sobre la economía política. A partir de ahí, en un camino abierto por Friedrich Engels (1820-1895), quien sería su mejor amigo, no dejaría de estudiar el fenómeno social y económico de la riqueza y pobreza (humana) en su modalidad capitalista; y, en ese sentido, yendo mucho más allá que sus predecesores, los economistas clásicos, estableció las leyes sociales de la sociedad moderna. Mismas que formuló ya desde 1857 y 1859, pero que expresó de manera mucho más clara hasta la publicación, en 1867, del tomo I de su máxima obra teórica: El capital. Crítica de la economía política (Das Kapital. Kritik der politischen Oekonomie), que Engels vino a complementar con la publicación de los tomos II y III (en 1885 y 1894, respectivamente).


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De modo que este año, 2018, cuando celebramos el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx (quien nació un 5 de mayo de 1818 en Tréveris, Alemania), me he dado a la tarea de rescatar, en una reflexión muy sintética, los enormes alcances teórico-filosóficos de ese primer acercamiento crítico de uno de los hombres más influyentes en el devenir de la sociedad moderna. 

Conviene aclarar, de entrada, que Marx sigue muy de cerca a los economistas que hoy conocemos como clásicos; los cita no solamente a profundidad, sino profusamente; a la par que los va acotando con sus reflexivos comentarios. Haciéndoles decir expresamente lo que sostienen solo de manera implícita.

Vamos, pues, a desplegar nuestra lectura de tan importantes notas, que hoy nos exigen una cuidadosa relectura, para así poder posicionarnos ante la debacle moral y humana de nuestros días; como consecuencia del dominio capitalista y del endiosamiento mundial de las cosas (en tanto mercancías) y sobre todo del dinero.

Lo que hoy conocemos como neoliberalismo y que se ha concretado como globalización mercantil y financiera, en la que el dinero y las mercancías circulan libremente, pero no lo seres humanos; para ellos sigue habiendo fronteras y hasta se quiere, todavía, construir muros.


Primer (manuscrito)movimiento (Adagio): El salario


En este primer movimiento sumamente denso, económicamente, Marx empieza con el salario, para pasar después a la ganancia del capital, que divide en cuatro apartados: el capital; la ganancia del capital; la dominación del capital sobre el trabajo y los móviles del capitalista y la acumulación del capital y la competencia entre los capitalistas.

Es el manuscrito en el que más cita a los economistas, pues lo que intenta, según sus palabras es seguir la lógica del discurso de la economía política para mostrar sus contradicciones internas y decir, a partir de ellos, lo que no son capaces de sostener, porque ellos no pueden develar los secretos de la explotación capitalista: su dimensión profundamente inhumana. 

Desde la perspectiva que aquí nos interesa, la del dinero, el apartado que más nos llama la atención en este primer movimiento, es, por tanto, el relativo al trabajo enajenado. Desde muy temprano Marx tiene claras las consecuencias, en lo seres humanos, del predominio cósico de la lógica capitalista que Shakespeare supo captar tan bien dada su sensibilidad de gran artista.

Conviene adelantar que es Hegel el que le posibilita a Marx criticar, radicalmente, el discurso económico-político, por supuesto; pero que la profundidad que alcanza con este escrito juvenil en cuanto a desenmascarar no solo la enajenación económica, sino la alienación toda, tanto la política como la religiosa y la humana en general, Marx no la hubiera logrado sin William Shakespeare. Sobre todo sin esa singular obra en la que el más importante escritor inglés devela el poder enajenante del dinero, me refiero al Timón de Atenas.     


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Sí, es Shakespeare el que le hace posible una expresión más sensible y concreta del sentido de la enajenación dineraria, cuya expresión más abstracta la ha asimilado de Hegel; de ahí que cierre, precisamente, dichas notas juveniles con la exposición sucinta de La fenomenología del espíritu, particularmente sobre el último apartado de ésta, la dedicada al saber absoluto.   


Logrando, con esa exposición, radicalizar a la vez que hacer más concreta la filosofía hegeliana que, como discurso filosófico, no deja de ser abstracto. Mientras que con Shakespeare alcanza, mal que le pese a Harold Bloom, una sensibilidad puesta a flor de piel; ello bajo la mirada misantrópica de Timón de Atenas.


Segundo (manuscrito) movimiento (Andante): La relación de la propiedad privada 


Este segundo manuscrito, en el que trataría sobre todo la relación de la propiedad privada, lamentablemente se encontró incompleto.

De modo que no sabemos a ciencia cierta el despliegue que hizo Marx, textualmente, para culminar como lo hace en el tercer y cuarto manuscritos; los que cierran, magistralmente, con una muy apretada pero elocuente exposición de Hegel todo. En particular del Hegel de La fenomenología del espíritu, como ya se dijo.

¿Hubiera logrado Marx lo que hizo sin la lectura de William Shakespeare, en particular sin su conocimiento detallado de la trama literaria de Timón de Atenas y su desprecio por todo lo humano en tanto los seres humanos aprecian antes que nada las cosas y el dinero?

¿Se encuentra en Shakespeare, como sostiene Harold Bloom, mediante sus personajes, “la invención de lo humano”? 

¿Qué representa, desde esta lógica, el personaje de Timón de Atenas, para una comprensión radicalmente marxiana de riqueza y pobreza humana?

Continuará...








J. Ignacio Mancilla.
PlasmArte Ideas, mayo, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas
  
Al Filo del Café es coordinada por J. Ignacio Mancilla*.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]

Contacto: ig.man56@gmail.com





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