viernes, 4 de septiembre de 2015

PLASMARTE RADIO | Humanidad en peligro


[Escúchanos este viernes 4 de septiembre a partir de las 21:00 hrs. por www.laexquisitaignorancia.com]



Desde The naked jungle (1954), pasando por Piranha (1978), hasta llegar a Dragon wasps (2012), hay un sinfín de referencias cinematográficas donde los animales son protagonistas al convertirse en amenaza para los seres humanos.

Casi ningún animal escapa a esta fantasía, ni las tiernas ardillas, que en Squirrels (2014), también se volvieron asesinas en un filme que mezcla la comedia y el terror. Resulta que directores y guionistas, por décadas, han imaginado historias donde hormigas, tarántulas (Tarantula [155]), pájaros, (cómo olvidar The birds [1963], del maestro Alfred Hitchcock), tiburones, serpientes, cocodrilos (Killer Crocodile [1989]), perros, avispas, ¡escarabajos! (Scarab [1983]) y hasta dinosaurios y gorilas gigantes (King Kong [1933]) son un peligro para la especie humana.

Algunos disfrutamos estas películas, otros no tanto, pero más allá de eso ¿qué hay detrás de este tipo de cine de terror?

Resulta que aunque en la naturaleza encontramos peligrosos depredadores y todo tipo de animales venenosos, está comprobado que hay una especie que es más depredadora y peligrosa que cualquiera: la especie humana.

El tiburón, ese temible animal mostrado en Jaws (1975), dista mucho de ser el asesino que protagonizó la taquillera cinta de Steven Spielberg; por el contrario, “los tiburones son especies extremadamente vulnerables que, durante décadas, han sido capturados por los barcos de la UE tanto en aguas europeas como fuera de ellas, sin ninguna gestión. El 21% de las poblaciones de tiburón, raya y quimera del mundo están amenazadas de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en ingles). La cifra es aún mayor en el Atlántico Noreste, con un 26% amenazadas de extinción, y en el Mediterráneo la cantidad asciende hasta el 42%.”[1]

En el caso de las serpientes, que pusieron en jaque a todos los pasajeros de un avión en Snakes on a plane (2006), encontramos que “Después de las ranas y las abejas, las serpientes son los animales que podrían desaparecer de la Tierra, según un reciente estudio que asegura que la población de las especies de reptiles en el mundo se ha reducido de manera drástica. El estudio difundido por la revista británica Biology letters, indica que varias especies están disminuyendo en países como Francia, Italia, Reino Unido, Nigeria y Australia…”[2]

Revisemos un caso más cotidiano y cercano, mientras que en Cujo (1983), un San Bernardo se contagia de rabia y comienza una cacería de todo humano que se acerque a la casa donde vive, fuera de la gran pantalla los perros viven una triste realidad. “En la Zona Metropolitana de Guadalajara hay más perros vagabundos que bajo el cuidado humano, pues se calcula que unos 350 mil deambulan en las calles. Según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y una compañía trasnacional de alimento para mascotas, que facilitaron la cifra, en la metrópoli vive un perro por cada seis habitantes. De estos, 45% es callejero, 30% vive en casa con un dueño y el otro 25% es semidomiciliado, es decir, de la calle, pero atendido parcialmente por una persona “de la cuadra”.[3]

Estos perros no solo no matan humanos, sino que están expuestos día con día a una serie de maltratos por parte de las personas que se cruzan en su camino, así como a desnutrición, deshidratación, y riesgo de ser atropellados. Aunado a esto, anualmente un promedio de 15 mil perros y gatos son sacrificados en perreras municipales de toda la zona metropolitana.[4]

Si bien en filmes como Arachnophobia (1990), se insiste en que repentinamente las arañas, en masa nos pueden atacar, o cualquier otro animal según la cinta que estemos viendo, lo cierto es que esa fobia tiene más que ver con la imaginación que con hechos. Lo mismo con el caso de los animales que por mutaciones, radiación o cualquier otra anomalía, se transforman en monstruos como en Godzilla (1998), o cuando creaciones humanas que traen a la vida animales prehistóricos, (Jurassic Park [1993]), se salen de control. En todo ello lo que está de manifiesto es un temor humano, el miedo latente de que la naturaleza se vuelque en nuestra contra, como si por fin fuéramos a recibir nuestro merecido y entonces nos encontremos del otro lado, siendo perseguidos, cazados, eliminados.

Resulta que por mucho tiempo, nuestra especie se ha encargado de explotar los recursos naturales y ha contribuido a la extinción de numerosas especies animales, se ha mostrado despiadada en insensible al sufrimiento animal. Siempre creyendo en su superioridad y asegurando que no hay especie más inteligente.

Cuando se trata del miedo, las historias de terror nos asustan por varias razones, una de ellas tiene que ver con que vemos reflejados temores internos, ya sea individuales o colectivos. El temor a la naturaleza desbocada no es gratuito.

Aunque venga en forma de historias un tanto inverosímiles como Tremors (1990), o Sharknado (2013),  donde los tiburones llegan acompañados de tornados, el trasfondo se basa en preguntas muy válida: ¿llegará el día en que haya una especie que nos haga frente? ¿Nos veremos entonces amenazados y obligados a cambiar nuestra forma de pensar?



Fotograma de Arachnophobia



Inés M. Michel
PlasmArte Ideas, agosto, 2015
 FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas













REFERENCIAS


[1] Tomado del reporte de Oceana hecho en julio de 2010: VER AQUÍ
[2] Consultado en la nota del periódico El Universal del 6 de julio de 2010: VER AQUÍ
[3] Consultado en la nota del periódico El Infomador del 20 de enero de 2013: VER AQUÍ
[4]  Cifra consultada en la nota del periódico El Informador del 20 de enero de 2013: VER AQUÍ

No hay comentarios.:

Publicar un comentario