viernes, 4 de septiembre de 2015

PLASMARTE RADIO | ¡Las traigo muertas! Mauricio Garcés y lamasculinidad difuminada


[Escúchanos este viernes 28 de agosto a partir de las 21:00 hrs. por www.laexquisitaignorancia.com]




La imagen del macho mexicano, ese arquetipo que se ha integrado en el imaginario colectivo, es quizá una de las grandes aportaciones que le debemos al cine de oro nacional. Para bien o para mal esta construcción social se ha esparcido fuera de las fronteras nacionales y es muy común que recientemente películas como Mariachi (1992), y Machete (2010), se represente al personaje mexicano con todos los signos y rasgos de una masculinidad dominante: carencia de rasgos femeninos, fortaleza física, agresividad, confianza en sí mismo, vitalidad, carácter de aventurero…

Estos héroes masculinos arreglan sus problemas a balazos, sin vacilar siquiera. Lo "verdaderos hombres" golpean fuerte, son seductores a su manera y están dispuestos a demostrárselo a quien sea. Para Carlos Monsiváis ser macho es virtud del mexicano. Para el cine mexicano no existe otra forma de masculinidad más que el del ser macho, si no lo es, entonces es afeminado. 







La masculinidad difuminada

La cinematografía mexicana se ha encargado de crear ídolos masculinos con características que difícilmente se salen del arquetipo del macho, encontramos a Pedro Infante, Luis Aguilar, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, Emilio “el indio” Fernández, Joaquín Cordero los hermanos Almada, y así se puede seguir la lista con muchos más. Es curioso que entre tantos ídolos, exista uno que llame mucho la atención a propios y a extraños, quizá por la originalidad de su personaje o también por la comicidad que emanaba dentro de los filmes. Mauricio Garcés es por antonomasia el “galán otoñal”,  también conocido como “el elegante mundano”, “el zorro plateado”, entre otros apodos.  Considerado el Clark Gable  mexicano, Mauricio Garcés creó su propio personaje, dentro y fuera de sus películas. En la mayoría de sus cintas lo podemos ver viviendo como un millonario,  con personalidad divertida que existe solo para conquistar mujeres bellas. Un Casanova por naturaleza.   



Este moderno Don Juan, tiene éxito material, es un hombre adicto al placer, rara vez trabaja, cuando lo hace es en un oficio que le permite estar constantemente rodeado de bellas mujeres (modisto, fotógrafo, dueño de una fábrica de lencería) y que le permiten vivir lujosamente en sus casas o departamentos de estilo moderno. Su vestimenta es la de un dandy del siglo XX, conduce carros lujosos, usa trajes finos que le confieren atractivo físico. La confianza en sí mismo le hacen soltar frases como: “las traigo muertas”, “las voy a hacer pedazos”, “ha de ser terrible tenerme y después perderme”.




A pesar tener todos los atributos materiales que cualquier persona de género masculino pudiera desear, el personaje hace denotar ciertas actitudes que no embonan en el arquetipo del macho dominante, es decir, las características que complementan la imagen del conquistador por excelencia se vuelven borrosas, pues nunca puede conseguir el tan deseado objetivo y termina quedándose o dejando con las ganas. 

En la mayoría de los filmes de Mauricio Garcés el propósito trazado a lo largo de la historia nunca termina por completarse, siempre está muy cansado desde antes de empezar, está agotado o simplemente se autosabotea a sí mismo. La potencia sexual del personaje lo traiciona constantemente y le impide cumplir su deber como galán. El aspecto físico es otro de los elementos que rompe con el arquetipo de lo masculino, se desinfla con cualquier golpecito, además la valentía del personaje se pone a juicio, pues no es hábil con las armas y reprueba la violencia. No es un personaje viril, es cobarde y torpe, su única arma es el diálogo y su facilidad de palabra. 




Una construcción de los géneros

Es interesante tomar en cuenta los espacios donde nuestro seductor favorito se desenvolvía, la iconografía de cada plano y secuencia de sus filmes contienen un discurso que habla por sí solo. Partiendo desde el punto de vista de la semiótica, el cine de oro nacional se encargó de representar al hombre y a la mujer en diversos espacios que predeterminaban y asignaban un rol de género especifico.

Es muy común ver en la mayoría de los filmes mexicanos que los personajes masculinos se desenvuelven en espacios abiertos como en el campo, en las cantinas con sus amigos, en el ámbito laboral; curiosamente, cuando el personaje estaba en casa se le veía desarrollando las mismas actividades en su despacho, en un lugar de la casa donde puede tomarse una copa  o en lugares donde se enunciaba el conocimiento, es decir cerca de algunos libreros. Siempre socializando con demás hombres o con mujeres que  no eran precisamente su esposa. Todo un macho dominante. En cambio las mujeres las veremos desenvolverse en la cocina, en la recámara y cuando salen a trabajar las veremos reproducir estas mismas tareas desarrolladas en el ámbito domestico: limpieza, cocina, cuidado de belleza.

Mauricio Garcés irrumpe con este arquetipo del género masculino en el cine, lo veremos frecuentemente en la recámara: durmiendo, jugando cartas, vistiéndose, tomando decisiones. Se desenvuelve en entornos poco “masculinos", pero a pesar de eso el motor de la trama siempre será la reafirmación de la masculinidad, un hombre que vive para seducir.



Mónica A. Maorenzic llama precisamente a esto como la masculinidad difuminada, esta invasión de los espacios tradicionalmente femeninos y la atenuación de los valores masculinos  o viriles. Al no respetar los elementos del macho por excelencia,  Mauricio Garcés difumina su machismo y se le compara con un afeminado. Maorenzic comenta: "si no se ve y no actúa como macho, entonces es un afeminado, nunca otro modelo de masculinidad".



Víctor D. Magallón
PlasmArte Ideas, agosto, 2015
 FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas











Referencias

Maorenzic, M. (2007) Mauricio Garcés, la masculinidad difuminada. Miradas Disidentes: géneros y sexo en la historia del arte. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas

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