[Escúchanos este viernes 13 de noviembre a partir de las 21:00 hrs. por www.laexquisitaignorancia.com Invitado: David Villalvazo]
Microhistoria del terror cinematográfico
Desde los
inicios del cine, el género de terror ha acompañado a la experiencia
cinematográfica; Georges Méliès, el genio del cine, ya experimentaba con esta
temática. En 1910 los estudios de Edison produjeron la primera película de
terror de la historia: Frankenstein, basada en el libro de Mary W. Shelley; después le seguirían los titanes del cine mudo: El Golem (Paul Wegener, 1915); y El gabinete del Dr. Caligari (Robert
Wiene, 1920), considerada la primera película expresionista de la historia y
una de las películas alemanas más
influyentes; posteriormente hubo un filme extraño llamado: Häxan (Benjamin Christensen, 1922) el primero de temática ocultista y demoniaca, luego tenemos Nosferatu (1922), del
director alemán F.W. Murnau, un clásico de todos los tiempos que puso la pauta
para las películas de terror que le seguirían, El jorobado de Notre-Dame (Wallace Worsley, 1923) y El fantasma de la ópera (Rupert Julian,
1925).
Durante los años
30 vendrían la larga lista de monstruos producidos por los estudios
Universal, Drácula y El doctor Frankenstein, ambas de 1931, La momia (1932), El hombre invisible (1933) y La novia de Frankenstein (1935).
Después de la
Segunda Guerra Mundial, los terrores producidos por la ciencia y el átomo
llegaron para asustar a las nuevas generaciones, mutaciones producidas por la
radioactividad, como tarántulas, hormigas y bestias jurásicas invadieron las
salas de cine, también el terror llegó en forma de extraterrestres con los
cientos de cintas sobre invasiones alienígenas, binomio inseparable entre el
terror y la ciencia ficción.
Al llegar los
años 60, los terrores clásicos, los góticos, volvieron para seguir
asustando, Alfred Hitchcock presenta Psicosis en 1960, con su legendario asesino Norman Bates y en 1962 aparece la pesadilla
naturalista Los pájaros. En 1968, La noche de los muertos vivientes, de
George A. Romero fue una película crítica
de la sociedad norteamericana, que inauguró un nuevo género cinematográfico y un
nuevo personaje al terror: el zombi.
A partir de los
70, el terror navega entre posesiones, El
exorcista (William Friedkin, 1973) y animales cotidianos Tiburón (1975), de Steven Spielberg,
también la literatura se suma al cine y el escritor Stephen King suministra
docenas de historias horripilantes, que son producidas algunas con éxito y
otras no tanto durante la siguiente década. Entre asesinos seriales, terrores
cotidianos y perversiones, se vive durante varios años. Después de recurrir a
todos los monstruos y fenómenos creados por la magia de los efectos especiales
las películas de terror han comenzando a voltear nuevamente a los verdaderos
terrores, aquellas cosas que se esconden en lugares ocultos y oscuros, para asustar con el miedo a lo desconocido.
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