[Sección a cargo de Inés M. Michel*]
[Colaboración de Judith Rosas]
[Colaboración de Judith Rosas]
ANDROLOGÍA
Ανδρολογία
Tal como lo vimos en la edición pasada de Andrología, abordaremos las comunidades donde el tercer sexo es parte de las culturas que los integra, con los pros y contras que eso conlleva.
MUXES
Muxes (homosexual en zapoteco). Es un rol social absolutamente integrado a su comunidad, como tal muxe “nace” con la idea de que el hermano mayor asumiera el rol y las tareas de una mujer, con el fin de que en la vejez de sus padres fueran ellos quienes los cuidaran. Así, una vez que mueren los padres, ellos se convierten en el elemento de cohesión familiar. Además de estas tareas, son ellas las encargadas de la iniciación sexual de los varones, lo que no pasa con las mujeres, ya que estas se deben mantener vírgenes hasta el matrimonio.
Las funciones asumidas no son solo en el ámbito privado, para sus familias, sino que asumen un papel importantísimo socialmente, al ser ellas las encargadas de la organización de festivales y la confección de vestidos para las mujeres de cualquier festividad que se realiza de manera colectiva (bodas, quince años, aniversarios), también dirigen los bailes y hacen la comida tradicional.
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| Imagen tomada del sitio web: |
Tienen su propia festividad que siempre es bien recibida por la comunidad, llamada la VELA, fiesta en la que se ilumina con la luces de velas durante la noche (vela de las auténticas intrépidas buscadoras del peligro), y en la cual hay show travesti.
Como todo, no existen ideales, la aceptación no trae todos los beneficios sociales a los cuales se tiene derecho, ya que existen formas de marginación y violencia que se traducen en la exclusión del poder masculino; ya que asumen el rol femenino, no serán tomadas en cuenta cuando se presente una situación fuera de los límites de sus tareas. También el VIH-SIDA, es una de las amenazas constantes dentro de su comunidad, por el poco control de la enfermedad.
HIJRAS
Es bien sabido que en las culturas en oriente, en particular en la India; se marcha a un ritmo extraño para nosotros en occidente, sin embargo no podemos quedarnos indiferentes de lo distinto que puede ser su cosmovisión.
Hijras, son los únicos individuos socialmente reconocidos como el tercer sexo en la India, mucho antes que cualquier otro sitio en el mundo. Son así, tomados como semidioses que traen la buena fortuna con su sola presencia en alumbramientos, bodas e inauguraciones. También se recurre a ellas para librarse del mal de ojo y para pedir su consejo en una decisión importante; son vistos como los que pueden favorecer, impedir, bendecir, maldecir. A cambio de sus bendiciones, las personas que recurren a ellas, deben de dejar una generosa ofrenda que puede ser arroz, azur, dinero y saris (vestido tradicional usado por millones de mujeres del subcontinente indio). Si la ofrenda no es suficientemente generosa, se teme que su maldición sea severa.
Sus poderes mágicos, despiertan temor o bien admiración en una cultura tan profundamente supersticiosa. Pero, la otra cara de la moneda, en realidad es mucho más cruda, si bien, son consideradas parte de la sociedad con un papel que les permite subsistir, no se les permite trabajar como al resto. No son consideradas como ciudadanas en la práctica de sus derechos, al no ser tratadas como personas, son relegadas a ser parias que lo único que pueden hacer para sobrevivir además de mendigar, es ejercer la prostitución.
Estigma que les persigue, a pesar de que mucha de ellas viven fuera de este oficio bajo la protección de nayak (la hijra más anciana), que les protege y representa viviendo en comunidad. En estas casas, aprenden y practican canto, danza y diversos rituales mágicos, teniendo así el reconocimiento de las personas de los barrios donde se localizan.
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| Imagen tomada del sitio web: La sociedad geográfica - VER AQUÍ |
La condición humana es compleja, nunca ha sido de otra manera, pareciera que la existencia está diseñada para experimentar lo sublime y al mismo tiempo lo más desgarrador. Recordándonos nuestra finitud, terrenal estado vulnerable frente a este mundo que nos come. Cada cual puede hablar por sí mismo, sin embargo existen bemoles de la existencia que no nos pueden hacer sentir ajenos.
El valor de ser uno mismo, es lo que vale más que cualquier otra cosa en la existencia de cualquiera, lo más preciado en el planeta. Debería ser lo único importante, fluir con nuestra propia naturaleza, todos nacemos con un ritmo propio, una sinfonía única que nos acompaña a cualquier lugar en donde nos materialicemos. Si no existen segundas oportunidades, TODOS debemos apostar a lo irrepetible, apostar por nosotros mismos sin importar lo cuesta arriba que eso implique.
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Judith Rosas
PlasmArte Ideas, octubre, 2015
*COCTEL DE LETRAS está a cargo de Inés M. Michel
[Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre).
Las letras le han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones.
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror.
Casiopea es su guía y confidente.]
Contacto: inesm.michel@gmail.com
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