[Sección a cargo de Víctor D. Magallón*]
Seamos honestos, la ciencia ficción está de moda, la literatura y la cinematografía nos han llevado a imaginar mundos alternativos y alguno que otro angustioso. En el cine muchos de estos filmes se han popularizado a lo largo de los años, ya sea por el éxito que obtuvieron en ese momento o porque rompieron con algún paradigma fílmico convirtiéndose en clásicos, mientras otros más se han ido difuminando a través de las décadas, quedando como películas de culto. Soylent Green (1973), es quizá un ejemplo claro de esos filmes que en su momento fueron reconocidos, pero que al pasar los años han quedado en el olvido de muchos de los círculos legitimadores en la industria cinematográfica.
Soylent Green (Cuando el destino nos alcance), es una de esas cintas que actualmente merece la pena hablar de ellas, es también, significativo contemplarla nuevamente para poder analizar nuestro contexto inmediato. Dirigida por Richard Fleischer, uno de los directores más eclécticos de Hollywood, pues dentro de su filmografía destacan Fantastic Voyage (1966), Tora! Tora! Tora! (1970), The Jazz Singer (1980), entre otras, nos ilustra y nos detalla muchas de las características de un futuro apocalíptico sobrepoblado. Fleischer nos hace introducirnos visceralmente en una atmósfera angustiosa y desesperante. Un futuro distopico en el año 2022, en donde el mundo entero escasea de comida y de recursos naturales. Debido a la explosión demográfica, las calles de Nueva York se encuentran abarrotadas de personas lo cual dificulta alimentar a todos. El calor es insoportable debido al efecto invernadero y existe una corporación capaz de generar comida artificial para la mayoría de la población, Soylent, Co., pero hay algo siniestro dentro de ella.
Protagonizada por el gran Charlton Heston, que en la década de los 70 se embarco en una serie de proyectos de ciencia ficción, este filme en lo particular rompe con muchos paradigmas de la ciencia ficción. Uno de ellos es el de prescindir rayos láseres, personajes estrafalarios y de costosos efectos especiales. Basta cambiar un poco las actitudes de los personajes para que se trate de un mundo anormal, ajeno a nuestra realidad inmediata, es decir una distopía actual.
Como en la mayoría de las producciones de este género, resaltan muchos elementos que son más que interesantes de analizar. La figura de la mujer presentada como un mobiliario humano, el poder de los grupos hegemónicos capaz de sobornar a quien sea, alimentos para consumo humano realizados con elementos de dudosa procedencia, son cuestiones que a pesar de la década en que fue realizada se mantienen como referencias actuales. Es decir, la trama apocalíptica de este filme se mantiene vigente, como si estuviera profetizando nuestra realidad inmediata.
Es importante mencionar que el filme está basado en la novela de 1966 de Harry Harrison llamada Make Room, Make Room y que la palabra Soylent en la novela se refiere a un alimento indeseable, sin brillo, artificial a base de soya y lentejas, un sustituto de la carne real. Y es a partir del filme que se ha integrado al lenguaje popular de Estados Unidos para llamar así a todo producto alimenticio de dudosa procedencia.
Quizá ahora más que nunca es importante voltear a ver este tipo filmes, reconocer y preguntarnos si en realidad la ciencia ficción es un género que no aporta nada al conocimiento de nuestra realidad. El filme Soylent Green se ha convertido en un genuino clásico, pero es una película que merecería un reconocimiento mucho mayor del que actualmente posee.
Soylent Green (Cuando el destino nos alcance), es una de esas cintas que actualmente merece la pena hablar de ellas, es también, significativo contemplarla nuevamente para poder analizar nuestro contexto inmediato. Dirigida por Richard Fleischer, uno de los directores más eclécticos de Hollywood, pues dentro de su filmografía destacan Fantastic Voyage (1966), Tora! Tora! Tora! (1970), The Jazz Singer (1980), entre otras, nos ilustra y nos detalla muchas de las características de un futuro apocalíptico sobrepoblado. Fleischer nos hace introducirnos visceralmente en una atmósfera angustiosa y desesperante. Un futuro distopico en el año 2022, en donde el mundo entero escasea de comida y de recursos naturales. Debido a la explosión demográfica, las calles de Nueva York se encuentran abarrotadas de personas lo cual dificulta alimentar a todos. El calor es insoportable debido al efecto invernadero y existe una corporación capaz de generar comida artificial para la mayoría de la población, Soylent, Co., pero hay algo siniestro dentro de ella.
Protagonizada por el gran Charlton Heston, que en la década de los 70 se embarco en una serie de proyectos de ciencia ficción, este filme en lo particular rompe con muchos paradigmas de la ciencia ficción. Uno de ellos es el de prescindir rayos láseres, personajes estrafalarios y de costosos efectos especiales. Basta cambiar un poco las actitudes de los personajes para que se trate de un mundo anormal, ajeno a nuestra realidad inmediata, es decir una distopía actual.
Como en la mayoría de las producciones de este género, resaltan muchos elementos que son más que interesantes de analizar. La figura de la mujer presentada como un mobiliario humano, el poder de los grupos hegemónicos capaz de sobornar a quien sea, alimentos para consumo humano realizados con elementos de dudosa procedencia, son cuestiones que a pesar de la década en que fue realizada se mantienen como referencias actuales. Es decir, la trama apocalíptica de este filme se mantiene vigente, como si estuviera profetizando nuestra realidad inmediata.
Es importante mencionar que el filme está basado en la novela de 1966 de Harry Harrison llamada Make Room, Make Room y que la palabra Soylent en la novela se refiere a un alimento indeseable, sin brillo, artificial a base de soya y lentejas, un sustituto de la carne real. Y es a partir del filme que se ha integrado al lenguaje popular de Estados Unidos para llamar así a todo producto alimenticio de dudosa procedencia.
Quizá ahora más que nunca es importante voltear a ver este tipo filmes, reconocer y preguntarnos si en realidad la ciencia ficción es un género que no aporta nada al conocimiento de nuestra realidad. El filme Soylent Green se ha convertido en un genuino clásico, pero es una película que merecería un reconocimiento mucho mayor del que actualmente posee.
Víctor D. Magallón
*Mousse Media, está a cargo de Víctor D. Magallón
[Cafeinómano y fiel defensor del código de los caballeros pizza.
Gusta de realizar sesudos análisis en busca de la última temporada de
Los Simpson que haya valido la pena.]
Contacto: victor.dmagallon@gmail.com
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Referencias
http://www.sssm.com.ar/arlequin/soylent-green.html
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