[Sección a cargo de Talita Quiñones*]
Cómo entrenar a tu Spotify
Originalmente había planteado que la entrada de esta semana fuera una reseña sobre el pasado festival Coordenada, pero fuera de tener a Blur por primera vez en la ciudad (pido la amable aclaración de este dato si acaso me equivoco) y las cancelaciones de sus otros dos headliners anglosajones, no hay algo original que se pueda decir de un festival donde el resto de su cartel se asemeja al de un 212 cualquiera y que en su logística no estuvo nada mal, pero tampoco hay nada extraordinario que recalcar.
Lo único que debo de agradecer del festival fuera del buen sonido, fue por fin tener dinámicas de acceso que te hagan sentir como ser humano y no como ganado, y Blur, además de que gracias a una campaña de activación publicitaria ahí dentro, tengo un mes gratis de Spotify Premium (esta pieza no es publicidad para la compañía sueca de streaming, pero si algún ejecutivo de la marca en México lo lee y se apiada de mí, no le pido más que una cuenta vitalicia y algo de amor).
Ya había probado la plataforma en su versión de pago unos meses atrás, y de agosto a octubre le di una oportunidad a la plataforma de Apple, experiencia que me dejó con un buen sabor de boca, aunque no lo suficiente satisfecho para considerar seriamente pagar por su servicio.
Spotify en lo particular me atrapó por simple fuerza de costumbre, ya que conforme vas reproduciendo canciones, el algoritmo con el que funcionan las sugerencias va definiendo más limpiamente tus gustos musicales. Al llegar a la plataforma noté cómo existía una tendencia muy marcada a sugerir los éxitos populares del país o lo que escuchan más otros usuarios que se ubiquen en tu zona.
Naturalmente me sugirieron pura mierda.
Conforme iba escuchando más y más música, las sugerencias de Spotify se fueron haciendo más afinadas, y con ello más interesantes, ya no más banda, narcocorridos o el top 100 del pop mexicano, ahora aparecían más bandas nuevas y clásicas que encontraba interesantes y frescas para mis oídos.
Pero el punto máximo del asombro llegó con la introducción de las listas de Descubrimiento Semanal. La primera vez que la abrí me impresionó la precisión con la que me sugería tracks particulares a partir de mis artistas favoritos y otros artistas nuevos o ya consagrados que se ajustan muy bien a la paleta de sonidos en la que tengo más interés. Estuve a una nada de clamar que esto era acto de la brujería o de algún sistema de espionaje muy avanzado (lo cual, en realidad no está tan lejos de ser la explicación del funcionamiento del algoritmo de creación de los playlists).
Bien jugado Spotify, bien jugado.
La moraleja de esta historia es que la constancia da frutos y que la paciencia de escuchar música chévere en el Spotify, sugerencias acertadas.
P. D. Pensando en el 212, ¿alguna sugerencia de banda por la que valga la pena ir al baño de pueblo correspondiente?
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Francisco Chavez Lizardi
PlasmArte Ideas, octubre, 2015
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