Jalisco ocupa el tercer lugar a escala
nacional en la producción de basura. En promedio, cada habitante genera un kilo
al día, lo que equivale, contando sólo a los habitantes de la Zona Conurbada de
Guadalajara a generar 4,400 toneladas de basura al día. Suficiente para cubrir
por completo la fuente de la Minerva (toda la rotonda, a siete metros de
altura) en una semana.
De esta cantidad, alrededor de la
mitad son desechos inorgánicos: papel, cartón, plásticos, metal, vidrio y
compuestos mixtos, que usualmente se entregan revueltos al camión recolector. A
pesar de que en diversos momentos se han impulsado programas de recolección
separada en la Zona Metropolitana de Guadalajara, en general han fracasado
debido a la falta de continuidad, las fallas en las rutas de recolección y la
falta de campañas adecuadas de involucramiento de la ciudadanía, amén de la
escasísima aplicación de sanciones. Y si
se le suman las veleidades de los cambios de administración, tenemos una
perfecta receta para desincentivar la participación ciudadana.
Lo que más se recicla en Jalisco es
papel y cartón, seguido de aluminio,
vidrio y plástico. Este último representa dificultades porque no se trata de un
solo tipo de material: existe el polietileno tereftalato (el famoso PET, usado
sobre todo en botellas de bebidas), junto con otros de distintas siglas, el
PEAT, PVC, PS, etcétera. Si estos diferentes tipos de plástico se mezclan, el
proceso de reciclado se echa a perder. Esto explica por que, a pesar de la
labor de pepena realizada en los tiraderos que reciben los desechos de la
ciudad, una cantidad importante de estos productos termina justo ahí, ocupando
terreno y mezclándose con otros tipos de desechos para generar contaminación
del agua, suelo y aire.
Si bien los consumidores tenemos la
posibilidad de adquirir productos realizados con plástico reciclado (como
utensilios de limpieza: cubetas, escobas, recogedores, entre otros) para lo
cual es importante poner atención a las etiquetas, la labor más importante del
comprador responsable es generar cada vez menos residuos. Una parte importante
de la población ha escuchado hablar de las “Tres R”, correspondientes a
Reducción, Reuso y Reciclado. Sin embargo, tanto el público como las instancias
de gobierno y las empresas han puesto su atención en el Reciclaje, cuando el
más importante es la Reducción, lo que significa producir menos desechos que
deban ser reciclados. En este caso, menos es más.
La reducción en la fuente debe ser
responsabilidad de la industria petroquímica (fabricante de los diferentes
tipos de plásticos), de la industria transformadora (que toma esos plásticos
para fabricar los diferentes productos finales), y de quien diseña el envase
(envasador). Sin embargo, en la práctica dicha responsabilidad se deja en manos
del consumidor, quien debe decidir entre un producto con menos empaque y otro
que derrocha materia prima y aumenta innecesariamente el volumen de los
residuos. ¿Cuántas veces se compra un producto que es tres, cinco o diez veces
más pequeño que los empaques que lo envuelven, los cuáles se convierten
automáticamente en basura, una vez que se accede al producto?
Al escoger productos con menos
envoltura se producen menos residuos y se aprovechan mejor los recursos
naturales. Recordemos que la producción de plástico consume grandes volúmenes
de agua, así como energía que a su vez genera contaminantes que contribuyen al
calentamiento global.
Así que, regresando a la pregunta que
da título a este texto, reciclar sirve (y hay que fomentarlo a través de los
hábitos de consumo, labor en la que hay mucho campo por arar) pero es aún más
importante reducir el volumen, al seleccionar productos con menos empaques.
Recordemos que los bonitos plásticos estampados, las cajas de colores y el
relleno de bolitas blancas es pagado de nuestro bolsillo, y es desechado tras
abrir la caja. Literalmente, estamos tirando dinero a la basura.
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Imagen tomada de: Komunumo - Ver aquí |
PlasmArte Ideas, diciembre, 2015
*COCTEL DE LETRAS está a cargo de Inés M. Michel
[Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre).
Las letras le han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones.
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror.
Casiopea es su guía y confidente.]
Contacto: inesm.michel@gmail.com
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