viernes, 18 de diciembre de 2015

PLASMARTE RADIO | ¿Qué sería de la navidad sin la mercadotecnia?


[Escúchanos este viernes 18 de diciembre a partir de las 21:00 hrs. por www.laexquisitaignorancia.com]



Los festejos navideños no se limitan a una fecha fijada por el calendario, esta celebración forma parte de un estado de ánimo que se extiende a lo largo de los cinco continentes según su cultura y geografía, y cada país tiene sus formas muy particulares de conmemorarlo.

Algunos celebran con pinos decorados, otros con farolitos y luces navideñas. No faltan las tradicionales pastorelas y posadas. Hay quienes optan por un pavo, o cerdo como cena; quienes hornean galletas de jengibre, pay de calabaza o fruit cake para decorar sus mesas.

Mientras aquí en México, Latinoamérica y España, en la creencia judeocristiana se espera la llegada de Jesús niño, en Norteamérica esperan la visita Santa Claus; en Rusia se aguarda por la venida de Babushka, en Francia el arribo de Père Noël, y en Alemania la aparición de Christkind.

Las fiestas navideñas son una manifestación que se adapta a distintas culturas, particularmente, a distintas sociedades. Al ser México un país con una gran riqueza en este sentido, las celebraciones decembrinas son igualmente vastas. La Navidad en México rescata su sentido religioso al conmemorar el Nacimiento de Jesús niño. Aunque una tradición heredada, las costumbres navideñas ponen en evidencia el carácter mestizo de este pueblo; si bien es una fiesta que se origina en Europa, aquí se incluyen elementos propios que le dan un toque auténtico: las piñatas, los nacimientos y la flor de Nochebuena son algunos de los elementos que dan identidad a estas fiestas.




La fiesta de Navidad tiene distintos matices y significados alrededor del mundo, sin embargo, más allá de las distintas manifestaciones, la cultura navideña alrededor del mundo evoca a la fraternidad, la reflexión y agradecimiento.

Partiendo de estas últimas líneas: ¿Qué sería de la Navidad sin la mercadotecnia explotando estos conceptos?

Cambiando un poco el tono, navidad es la época donde los regalos, la convivencia y la “felicidad”, constituyen el común denominador para finalizar el año. Los colores rojos, verdes y dorados se pintan sobre el lienzo blanco de la paz y el amor (nótese el sarcasmo). Estamos próximos a concluir un año más y las compras deben realizarse cuanto antes. Las pequeñas luces relampagueantes, los regalos y la estrella en la cúspide del árbol, son los indicadores de que formamos parte de una cultura habitual. Los spots con villancicos se hacen sonar, la nieve desciende a través de comerciales, el señor barrigón de traje rojo y Rudolf hacen su entrada a través la publicidad que nos acompaña día y noche, al corazón de todos los que en este planeta habitamos. Sin duda, la navidad es una época para compartir, y consumir.

La víspera anhelada para las marcas y creativos comenzó. Las palabras eufóricas y los conceptos cimentados en amor, hacen explotar nuestros corazones mediante palabras clave e imágenes. Ver, sentir y vivir cada momento de esta época decembrina, es el objetivo de la bendita publicidad navideña.



¿Qué sería de la navidad sin la publicidad?, esta es la interrogante y, aunque hasta el momento he aparentado a una especie de “grinch”, sólo imaginen por un momento como sería una navidad así: una navidad sin colores, sin regalos, ni magia; sin escuchar esos pegajosos villancicos de Michael Bublé y todo tipo de comerciales impactando al corazón y seduciendo a la mente. Piensen en el barrigón del traje rojo como un desempleado más en este mundo y a Rudolf sin su peculiar nariz roja; nos perderíamos de los gloriosos comerciales de Coca-cola, y la celebración sería en vano. La nieve sería únicamente parte del invierno y no de una celebración digna del encendido del árbol navideño del Rockefeller Center; y qué decir de la comida que nos llena las barrigas durante toda la temporada: buñuelos, galletas, ponche, colaciones y cacahuates; el sabroso pavo, la pierna, y por supuesto, la bendita ensalada navideña.
Navidad, sin duda se ha convertido en algo mágico gracias a la mercadotecnia. Podría hacer una lista inmensa de cómo sería una navidad sin ella, pero mejor disfrutemos de los regalos, la comida y todo lo que de manera explícita e implícita nos brinda.



Talita Quiñones
PlasmArte Ideas, diciembre, 2015

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