martes, 9 de junio de 2015

COCTEL DE LETRAS: Colaboración especial - Y... Somos tierra (humus, humano) anima(liza)da, dolorosamente

[Sección a cargo de Inés M. Michel*]















[Reflexión de J. Ignacio Mancilla,
generada a partir del documental La sal de la Tierra]



Quiero, en este apretado texto, decir algunas cosas sobre el excelente documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, La sal de la Tierra (2014) que intenta, cosa que logra con creces, dar cuenta de un singular escritor de luces y sombras (Photo/Grapho): Sebastião Salgado (1944); sí, diré solamente algunas cuestiones porque es imposible cualquier pretensión de agotar tan intensa y extensa narrativa visual sobre la vida de un artista sin parangón.

Cabe advertir algo innecesario si se conocen las fotografías de Sebastião Salgado, que cada fotografía de él nos conmociona plenamente, como luces que nos enceguecen o sombras que nos aniquilan, y nos convierten de seres mirantes en seres anonadados; y, por ello, también en objetos.

Sí, no solo vemos con la lente de Salgado sino que también ella nos ve y nos convierte en su objetivo, en objetos atrapados en la lógica esquizia de la mirada, Jacques Lacan (1901-1981).

Es por esa lógica esquizia que cada foto desgarra nuestra humanidad (dividida) y nos cuestiona en lo más hondo de nuestro ser:

¿Por qué?

¿Para qué?

Preguntas que uno se hace prácticamente después de ver cada fotograma del artista brasileño.

Supongo que algo de esta dimensión fue lo que atrapó a Wim Wenders (1945) y tuvo en él, que también es un artista visual, un efecto del orden del (acto) hacer: así es como surgió, supongo, este portentoso documental que ha sido multipremiado, La sal de la Tierra, en primer lugar con el Oscar al mejor largometraje documental del año pasado.

Además de otros merecidos premios.

De manera más que atinada, el documental toma su nombre del Evangelio de Mateo (5, 13), que a la letra dice:

“Vosotros sois la sal del a tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres”.

Y yo me pregunto, después de haber visto por dos veces el documental, y habiendo llorado no en pocos momentos, ¿acaso la humanidad entera no ha pisado y pisoteado ya (la sal de) la tierra misma?

Somos luz y oscuridad: esto es lo que capta de manera más que genial Sebastião Salgado a través de su escritura fotográfica; con la que nos convoca, todo el tiempo, a asumir la verdad amarga de la violencia humana, pero también la verdad dulce del amor, por fortuna.

Porque fue el amor de su esposa lo que hizo que se reconciliara con la vida toda (la naturaleza) y con su oficio de fotógrafo, que había abandonado por el desencanto que le produjo la cruda realidad con la que se confrontó por su propio oficio.

Es así que el documental nos revela, como la luz, la singularísima vida creativa y artística de Sebastião Salgado; es, en el sentido fuerte de la palabra y de la Antropología, una historia de vida, de su vida.

Una historia, en el sentido literal, pero también metafórico, de luces y sombras.

¿Qué es lo que nos mira de las impresionantes fotos de Sebastião Salgado?

¿Acaso no es ese lugar, teorizado por Lacan como punto ciego, el objeto del deseo, en tanto real (objeto a), horizonte desde el que incluso las cosas son capaces de mirar(nos)?

Voy a tomar, para desarrollar mejor esta idea de Lacan, una tripleta de fotos, pero, de entrada, una fotografía especial que también llamó la atención de Wim Wenders, se trata de Retrato de mujer tuareg ciega; con ese fotograma, ¿acaso esa mujer que mira, sin ver, no hace más que patente lo real descarnado que nos implica? Es tal la fuerza de esa mirada ciega que uno no es capaz de mirarla sin con-mocionarse, sin quedar atrapado en el objetivo de la lente de Sebastião Salgado, que es ella, que somos nosotros.


Mujer tuareg ciega, fotografía: Sebastião Salgado


Y así con cada foto de este singular artista de la luz y la sombra.

Es el caso, también, de la foto de otra mujer, que se (nos) presenta, en tanto (nos) miramos en ella, como el rostro que es, al tiempo que también la vemos como la pisoteada corteza terrestre de esa historia de (la) ignominia humana que uno no puede ver sin sentir vergüenza de pertenecer a la misma, dolorosamente.


Fotografía: Sebastião Salgado


Por último, consideraré otra mujer, para de ese modo, más allá de lo dicho por Jacques Derrida (1930-2004), en su fabuloso El tocar, Jean-Luc Nancy (2011) situarlas desde la escritura de Sebastião Salgado, no como una representación de la peculiar triada derridaniana, la de la virgen, la pecadora y la arrepentida; sino, más bien, desde esa estética de luces y sombras, como representantes de sí mismas, como mujeres singulares que nos interpelan, con sus rostros tan particulares, como mujeres lastimadas por, eso sí, lo que el propio Derrida llama la estructura Antropo/Logo/Falo/Carno/Céntrica de nuestra civilización, la misma que no ha sabido respetar, sino más bien ollar, la sal de la tierra, así como a estas tres singulares mujeres y a tantas otras y de hecho a la humanidad entera.


Fotografía: Sebastião Salgado

En fin.

Las fotografías de Sebastião Salgado son un apasionante testimonio visual de una historia desgarradora y dolorosa, la historia humana; llena de violencias y guerras, de destrucción y muerte. Pero también de persistencia y amor, pero un amor para nada romántico, sino un amor advertido, por ello en ocasiones desencantado, de que lo único que puede hacernos seguir es la lucha por la vida y contra la muerte, aunque ésta vaya, finalmente, a terminar con todo y con todos, como único amo absoluto e invencible.

Al ver el documental, que cierra magistralmente con una especie de mensaje positivo, uno no puede dejar de pensar en lo que el escritor de luces y sombras dice en el mismo: que no merecemos vivir, pues hemos ollado demasiado, ya, la (sal de) tierra.

¿Es demasiado tarde, ya, para resarcir el daño?

Simplemente dejo la pregunta que nos interpela a todas y todos, ¿seremos capaces de escucharla?, pero sobre todo, ¿podremos hacer las cosas de manera diferente a como las hemos venido haciendo hasta aquí?

Nada parece indicarlo.





Ficha técnica
La sal de la Tierra (The Salt of the Earth, 2014)
Directores: Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
Guionistas: Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado y David Rosier
Productores: Decia Films
País: Francia
Actores: Sebastião Salgado,Wim Wenders y Juliano Ribeiro


J. Ignacio Mancilla
PlasmArte Ideas, junio, 2015

FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas




*COCTEL DE LETRAS está a cargo de Inés M. Michel 

[Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras le han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es su guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com







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