[Sección coordinada por Víctor D. Magallón*]
Crear sobre la red se convirtió en un paradigma desde hace unos quince años. Los artistas han encontrado en el internet un territorio fructífero para señalar la realidad de la sociedad actual. Metaforizando, apropiándose y remezclando productos que se encuentran en las plataformas en línea, hicieron una metodología utilizada por algunos de los creadores. Interesantes trabajos se pueden observar en los repositorios web que albergan artistas, otros más se pueden contemplar en algunas de las plataformas colectivas como Blogs, Wikis o sitios de almacenamiento de videos.
Natalie Bookchin es una artista neoyorkina que trabaja con los medios que el internet ofrece, el rapto se convierte en la materia prima de esta creadora, para poder recrear nuevo material. El tránsito y el vagabundeo por la red se convirtieron en parte importante de su proceso creativo, teniendo en cuenta que vivimos en un mundo saturado de imágenes y de información que está disponible en todo momento.
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Mass Ornament (2009), es una videoinstalación a base de centenares de videos raptados de YouTube, en el que aparecen numerosos usuarios bailando solos en sus hogares. Con una impecable integración de los clips, la artista desarrolla una coreografía colectiva perfectamente orquestada, creando la ilusión de que en realidad bailan al son de la banda sonora que ella integra.
Imágenes tomadas de: bookchin.net |
El título de la obra, Mass Ornament, es una alusión al ensayo homónimo de Siegfried Kracauer de 1927, quien veía una perfecta geometría y sincronización en la estética coreográfica de las Tiller Girls de los años veinte con la de los trabajadores en la línea de producción de las fábricas. Para Kracuer estas bailarinas representaban la utopía a la que el sistema dominante de producción pretendía llegar, borrando cualquier individualidad y personalidad de los trabajadores.
Bookchin pretende evidenciar a los protagonistas de los videos con esa misma sincronización y espectáculo de las Tiller Girls, mostrándonos sutilmente el mismo control que la red de telecomunicaciones actualmente tiene sobre nosotros. La artista perversamente incorpora la música del filme Triumph des Willens (El triunfo de la voluntad), de 1935, para homogeneizar a los usuarios frente a la cámara de su ordenador.
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Bookchin nos confronta con la idea de que las redes y el internet se han convertido en una forma de control cotidiano y que moldean nuestra vida diaria. Este borrado de partículas individuales y racionales quizá sea diferente a como Kracuer lo había imaginado, pero nos muestra que en el fondo las estrategias son las mismas; la utopía de la masa como ornamento.
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