[Sección coordinada por Víctor D. Magallón*]
[Colaboración de Francisco Chavez Lizardi]
Dado a que esta H. Columna coincide en fechas de publicación con las vísperas del Halloween y el Día de Muertos, quise tratar una de mis bandas favoritas y la más adecuada para amenizar estas noches de terror, disfraces calaveras y muertos: The Cramps.
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Fruto del amor entre la guitarrista Poison Ivy Rorschach y el vocalista Lux Interior, The Cramps fue influencia trascendental que derivó en el surgimiento del psychobilly, el horror punk, y el horror surf, entre muchos otros, y construyó un legado que es visible en cada banda que se acerca a los artistas menos conocidos de los orígenes del rock‘n’roll y el garage; se enfundaron en la estética de esas viejas películas de serie b y la decadencia de los viejos garitos del centro de Las Vegas para tocar música sencilla, pero contundente, luciendo el twang de la guitarra, los ritmos tribales de batería y bajo, y el absurdo de letras chilladas con una voz imposible de ignorar.
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En activo desde 1976 hasta 2009, año en que Lux Interior desafortunadamente murió, y con ello se vio disuelto este acto seminal de la primera generación del punk estadounidense.
Su discografía incluye 8 álbumes de estudio, más varios EP, discos en vivo y compilaciones. La mejor muestra de su catálogo es la compilación Bad Music for Bad People, que reúne 11 canciones del EP debut de la banda, Gravest Hits, y de sus primeros dos discos en estudio: Songs The Lord Taught Us y Psychodelic Jungle; adecuadas para mover el cuerpo a ritmo de rock mientras se despierta a los muertos, se convive con espíritus y se disfruta con los vivos:
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Francisco Chavez Lizardi
@Nh_Admirari
PlasmArte Ideas, octubre, 2016
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