martes, 14 de junio de 2016

COCTEL DE LETRAS | Textura: Wigs


[Sección coordinada por Inés M. Michel*]









[Colaboración de Casandra E.G. Alvarado]



Cuántas veces has ido al salón para solo recortarte unos centímetros de cabello –la famosa despuntadita- y terminas con menos ocho dedos… las reacciones a tal desfachatez, van desde el “no importa, el cabello crece” al “te dije que nada más las puntas”, mientras tu alma se retuerce junto con todos los mechones que descansan en el piso; en ese momento somos conscientes del grado de importancia que le damos a nuestras cabelleras

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Tomada de: fep-photo.org


Asimismo, he leído frases motivacionales en Facebook y otros espacios que mencionan “cuidado cuando una mujer cambia su corte de cabello, porque es el inicio de una transformación espiritual, un cambio radical de vida, etc.,”, recuerdo que cuando lo leí lo único que pensé fue, “ay no m·$%·s”, honestamente, siempre supuse que no ponía gran atención a esa área de mi cuerpo, porque como tal, el cabello es una extensión de mí, que por si fuera poco sale de mi cabeza, lo cierto es que sí, así como la frase motivacional, en un par de ocasiones cambié mi corte de cabello e incluso su color en un intento por romper todo vínculo emocional con el pasado y al estar en busca de mi identidad. 

En conclusión, ya sea en el salón de “belleza” o leyendo frases en las redes sociales, sí, el cabello es muy importante, y a menos de que te la pases haciéndote selfies o realmente lo veas como algo prioritario en tu look, pocas veces somos conscientes de todo lo que implica esa parte de nosotros, bueno, al menos es mi caso me limito a la analogía de la canción popular “el patio de mi casa”, en el que mi cabello se llueve y se moja como los demás y tan se acabó. 

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Empero, la relación que existe entre el ser humano y esos finos hilos que exhalan de nuestro cuerpo, ha sido de suma relevancia desde la antigüedad y se puede observar en múltiples culturas; vamos al mito de Sansón, para quienes no lo recuerdan, es la figura mítica del judaísmo, que con una fuerza extraordinaria, casi divina, podía vencer a cualquiera y estaba destinado a salvar al pueblo judío de los filisteos, tras revelar su secreto, le cortan el cabello y pierde toda su fuerza. En el caso de la cultura persa y mesopotámica, así como en la egipcia, las vinculaciones hacia el cabello, tanto en hombres como mujeres, determinaba un estatus social, marcaba signos de belleza física y, en algunos casos, un símbolo de duelo al dejar sus hogares para partir a la guerra, entonces el cabello de los guerreros crecía hasta su regreso a casa. 

En el extremo oriente, tanto en Japón, China e India, existieron mitos y creencias arraigadas al cabello relacionadas al viento, la fuerza y la materia, para los celtas y vikingos, el cabello y las barbas, así como su cuidado, se relacionaban a los estatus sociales, lo mismo que llegó a suceder con la monarquía francesa. 

En fin, hacia donde miremos y la cultura que deseemos estudiar el cabello toma un puesto relevante, si se piensa de un modo general e intentando ser homogéneos como humanos, hay una relación entre la tierra que da la hierva y el cuerpo que se recubre de cabello, la protección y la vida que se dan mutuamente. 

Segunda conclusión, el cabello sí es importante para toda la historia de la humanidad, entonces, así como en las antiguas civilizaciones, como en la mitología y en la historia de la indumentaria, qué papel juega el cabello en la actualidad. 

Supongo que fue el cuestionamiento de Lorna Simpson al crear su serie Wigs en la década de los noventa; el Walker Art Center, en la descripción de la obra menciona Durante la última década el trabajo Lorna Simpson ha explorado el papel de pelo como un marcador de la identidad social. Las superficies de fieltro sobre las que se imprimen todos los cortes de pelo en la misma textura, destacan y reconfiguran nuestra fijación en la textura del cabello como marcador de diferencia.”

El trabajo de la fotógrafa neoyorquina centró su lente sobre uno de los aspectos focales de la cultura, de la cual pocas veces entendemos su verdadera relevancia. En el mundo de la globalización y la posmodernidad donde la mancha humana pareciera difuminarse tras la máscara de la igualdad y la democracia, seguimos siendo seres que buscan y juzgan la identidad y la cultura del otro…




Tomada de: thefashionspot.com


En la moda y la tendencia es un aspecto claro; por medio de la imagen y el cabello como icono podemos determinar una época, una sociedad y me puedo atrever a decir que una cultura. Cortes bobs para los años veinte, rizos extravagantes para los ochenta… si ella trae el cabello como hombre, si se lo ha teñido de rojo, si la raíz de su cabello deja ver el color natural seguido de unos mechones que hace varios meses no se retocan, si ya decidió tenerlo largo, si lo rapa de un lado, si lo rapa todo… buscamos definir a la persona por su cabello, queremos identificarnos como únicos por nuestro cabello.



Tomada de: actitudfem.com


Tomada de: vogue.com


El trabajo de Simpson, no se fija en la moda y el estilismo, pero su intención nos hace voltear a reflexionar en quienes sí lo hacen, y pensemos de modo genérico en todas las editoriales de moda, en aquellas que por primera mencioné aquí sobre Grace Coodington, o las del maestro Mario Testino, o el escandaloso Steven Meisel, si bien, las formas son fundamentales, el cabello y su arreglo son el acento que termina de englobar la idea. Así como en las fotografías de Lorna, el cabello nos comunica y dialoga sobre quiénes somos y cómo nos perciben los demás. 

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Casandra E.G. Alvarado
@SacDoravaal
PlasmArte Ideas, junio, 2016

Twitter: @plasmarteideas



COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel 

[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es mi guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com

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