martes, 19 de enero de 2016

COCTEL DE LETRAS | Andrología

[Sección a cargo de Inés M. Michel*]







[Colaboración de Judith Rosas]

ANDROLOGÍA

Ανδρολογία


Durante las ediciones pasadas de Andrología, abordamos un tema al que desearía volver, trayéndolo a esta nueva entrega de Androginia.

La relación que cada cual guarde con la idea de dios o dioses, solo le incumbe a quienes guardan un culto hacia algo o a alguien que le haga sentir más a salvo de nuestra sobrevivencia en este mundo.

Lo que respecta a la cosmovisión de los pueblos originarios de nuestras culturas prehispánicas, es particularmente interesante, ya que su explicación del origen del todo, no descansa en los hombros de una, sino más bien, en dos fuerzas creadoras.

En lo personal, cuando he comenzado a investigar respecto al tema, puedo decir que existe ese algo que hace falta, y no puedo evitar sentir una sensación de que nos están tomando el pelo. No sé, tal vez solo sea el pesimismo propio de este momento de la vida.


Haremos un pequeño recorrido por tres culturas prehispánicas en México.

Toltequidad. Quetzalcoatl

Quetzalcoatl (serpiente emplumada), el reptil/ave es símbolo de lo que se arrastra y vuela, utilizado en las cultura antiguas del mundo para representar al Mesías. Representa la unión del espíritu y materia; dios y el hombre; alma y cuerpo; todo lo que representase toda dualidad en un único ser.

Quetzalcoatl, representa al andrógino ideal en el que residen los atributos del macho y la hembra, como la unión mística en perpetua reproducción, una encarnación que se genera en todos los seres vivos.

El simbolismo del andrógino es plasmado a través del emblema del corazón sacrificado, dispuesto en forma de útero; así como por medio del símbolo de caracol que se caracteriza con los atributos de Quetzalcoatl. El caracol, un animal que se fecunda a sí mismo, es representado en su concha que aparece en el arte indoamericano.

La unión entre lo terrenal/lo espiritual se representa por símbolos que en la cultura tolteca son sinónimo de la naturaleza que se basta a sí misma para generar vida.

Dioses duales mayas

La pareja creadora en la cultura maya formada por los dioses llamados Itzam Na e Itzam Cab, representa la forma masculina y femenina del dios creadora, ambos dioses según la mitología maya se funden en la unión de creación llamado el abrazo sexual, que le da vida al mundo.

La pareja creadora no solo se representa con el fuego, aire y tierra, sino también con el binomio sol y luna.

La importancia de Itzam Na: es identificado como un dios al que se le atribuían fenómenos naturales y sociales, donde como resultado de la unión de este dios con su contraparte Itzam Cab, se engendró a la pareja de dioses creadores, llamando al hombre Xchel y a la mujer Xtcamna.

Cada uno de los dioses primigenios está ligado a un concepto distinto, con el cual es relacionado y es identificado.

Itzam Na, es una deidad celeste. Puede entenderse como la madre y generadora de vida, tales características guardan relación con un carácter femenino.

Itzam Cab, es una deidad terrestre y de fuego. Cab se designa al sitio donde la vida ocurre, guarda relación con la tierra que es un espacio vital que incluye montañas, valles, ríos cavernas, es decir, el espacio geográfico.

Las referencias cosmogónicas respecto a la generación de vida primigenia son así: esta ocurre por medio de un acto erótico que es la unión del cielo y la tierra, sin embargo también sobrevive la idea de que en realidad para los mayas existe un dios único de la unión de Itzam Na/Itzam Cab, el enlace que se expresa solo por la autofecundación. Misma que es referido como un enlace de un abrazo “fogoso” entre las polaridades femeninas/ masculinas.

Pareja divina otomí

Son llamados Makatá/Makamé, el “Gran Dios Padre” y la “Gran Diosa Madre”. Makatá representaba las montañas, la lluvia y el poder de fecundación. Makamé representa el poder fecundado, la flor, el principio pasivo.

El pueblo otomí conservó el culto hacia la pareja divina, una vez que la conquista española alcanzó su cultura. Al ocurrir esta simbiosis cultural, los ritos cristianos se mezclaron con el culto a varios dioses. Aún hoy se conserva; Makatá se identifica con el símbolo de la cruz y la figura de Cristo, Makamé se identifica con la virgen María en su advocación con la virgen de Guadalupe.

Makatà y Makamè, es de los pocos casos de culto a un dios o dioses duales que perduraron con el paso del tiempo, teniendo así que sincretizar lo profano con un dios único, lo que hace de la dicotomía cristiana una forma de sobrevivir la interculturización dominante por los conquistadores.


Los vestigios de androginia en culturas ya lejanas puede que nos recuerden que los humanos no siempre vivimos bajo el yugo de un dios mutilado, se comienzan a asomar las fisuras de una naturaleza intervenida, que se presiente errada, como si la pieza faltante estuviera frente a nuestros ojos sin poder señalar en la dirección correcta.

Buscar respuestas... lo importante es comenzar a hacerse las preguntas.

Tomada de



Judith Rosas
PlasmArte Ideas, enero, 2016

FB: PlasmArte Ideas
Twitter: @plasmarteideas



*COCTEL DE LETRAS está a cargo de Inés M. Michel 

[Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras le han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es su guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com











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