martes, 10 de abril de 2018

COCTEL DE LETRAS | Herstorian: Biografías feministas y visibilidad para mujeres

Sección coordinada por Inés M. Michel*






Colaboración de Hilda Monraz





Desde el año 2014 estoy en un doctorado de alta exigencia académica en el que tuve varias opciones de tema de investigación. Elegí, gracias a la sugerencia y el apoyo de mi tutora, hacer una biografía de una mujer que se dedicó a la enseñanza del baile y la educación física en Guadalajara a partir de 1934. En un primer momento pensé que era un tema completamente nuevo para mí, porque no había trabajado biografías y porque no conocía a la mujer en cuestión. Sin embargo, al irme adentrando en la documentación, las entrevistas que le hicieron, los testimonios de sus exalumnas, las fotografías y vestigios que existen de ella y su familia, me di cuenta que muchas cosas me parecían conocidas y hasta cercanas. Entre ellas, estaba la formación católica en colegios particulares, las ideas sobre no tener hijos y no casarse, dedicarse al trabajo y sobre todo a la pasión en la vida.
Amelia Ángela Bell Feeley (1907-2008) representó un reto para mí porque nunca había escuchado sobre ella y porque significó un replanteamiento en mi metodología al hacer historia. También tuve que leer muchísimo sobre biografía y crear una teoría propia a partir de lo que otras han escrito sobre biografías en México y especialmente sobre maestras. Me posicioné con la biografía feminista, que se trata de la visibilización de las mujeres en la historia a partir de los cuestionamientos sobre sus roles, prácticas, resistencias y experiencias en torno a su construcción de ser mujer. Lo uní a la “nueva biografía” que enlaza los procesos históricos de mediana y larga duración con la vida de un individuo; ya que uno a otro se pueden iluminar y crear un contexto amplio. Es decir; la vida de Miss Bell puede darnos cuenta sobre acontecimientos históricos en diversos lugares pero también esos sucesos explican la vida de la querida bailarina y maestra Bell.
Desde luego que esta tarea no pudo ser posible sin los apoyos institucionales y personales que recibí, los cuales estarán ampliamente explicados en la disertación final. No he terminado la tesis pero estoy en ese último proceso y ahora me detengo un poco para reflexionar y para hacer una invitación sincera a quien me lea. La dejaré como preguntas abiertas y daré otro ejemplo además del de Miss Bell. ¿Conoces a alguna mujer cuya vida te parezca fascinante? ¿Qué elementos en su trayectoria son los que te llaman la atención? ¿Cómo pueden relacionarse esos elementos con la historia del lugar donde nació, creció, se desarrolló o murió? ¿Qué relación tienes con ella? Puede estar viva o haber fallecido ya. Pudiste haberla conocido en persona o sólo por leerla, porque alguien te habló de ella, porque es parte de tu familia o de tu grupo cercano. También puede ser que la conozcas solamente tú. Ahora que lo has pensado, me referiré a una mujer que admiro y conocí brevemente.

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Tomada de: arte86tv.wordpress.com


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Ana María Parada Tovar fue la hermana mayor de mi abuela materna. Nació a inicios del siglo XX en Ixtlán del Río Nayarit. Junto con su familia, se mudó a Guadalajara durante su adolescencia. Los Parada Tovar se establecieron en el barrio de San Felipe de Jesús, al oriente de la ciudad desde las primeras décadas del siglo XX. Fueron grandes entusiastas de la construcción del templo parroquial y de la vida pastoral. De hecho, los papás de mi abuela materna están enterrados en una capilla a un lado del altar mayor de dicho templo, como homenaje a su trabajo imparable en la vida católica, de toda su vida. Anita o “Tacha”, como le llamaban, se dedicó a la vida política en su juventud. Fue líder de obreras en la fábrica textil donde trabajaba y militante activa del Partido Acción Nacional. Incluso fue candidata a suplente de Diputada Local por Jalisco del PAN en la década de 1940-1950. Como pasaba en ese tiempo, no ganaron nada, pero siempre se enfrentaron abiertamente a los militantes del PNR y después del PRI. Existen muchas anécdotas de Tacha al frente de los mítines políticos panistas en Guadalajara, como aquel en el que se le puso cara a cara al hijo de José Guadalupe Zuno. Tacha le cuestionó su virilidad cuando aparentemente él quiso amedrentar un conglomerado de mujeres panistas. Este episodio me lo contó mi tío abuelo, el hermano menor, y me falta documentarlo.
A mi tía Tacha sí la conocí, a diferencia de Miss Bell. Lo que más recuerdo de ella es su impecable limpieza en casa, el orden estricto en sus cajones, los colores de los ovillos perfectamente alineados, su postura recta de la espalda, su figura delgada y sus regaños constantes. Trabajó hasta sus últimos días como costurera, igual que mi abuela. Tuvieron talleres particulares de costura y reparación de ropa en el barrio donde vivieron desde su llegada a Guadalajara y las conocían como “las muchachas” junto con otras dos hermanas suyas. Yo salía del colegio, que por cierto estaba muy cerca de su taller, y mi mamá nos llevaba a mi hermana y a mí de vez en cuando con las muchachas. Vi de cerca el trabajo de mi abuela, de mi tía Tacha y de mi mamá en la costura. Sin embargo, eran muchas las diferencias entre cada una. Ana María fungía muy bien su estatus de hermana mayor y era líder, la que administraba y pagaba las cuentas. Eufemia, mi abuela, era la alegre y cariñosa, a quien buscaban si querían un trato más amable. Mi mamá, aunque no trabajó en ese tiempo con ellas, las quería mucho y siguió sus pasos con gran talento en el corte y la confección de ropa. También era muy cariñosa y cercana a sus clientes y amigos, mucho más a nosotras sus hijas. Es decir, el legado femenino en mi familia está relacionado con el trabajo y el amor. También con la costura y con el cuidado cariñoso, devoto y disciplinado.
Regreso a las preguntas que hice atrás sobre biografías de mujeres y me las hago yo misma. Cualquiera de las que me acompañó en mi familia reúne los requisitos de vidas fascinantes. No ocuparon puestos políticos públicos, no gobernaron países y tampoco se movieron con tanta facilidad de sus lugares de origen o viajaron por el mundo. Sin embargo, sus trayectorias iluminan un pasado en sus barrios, en sus ciudades y sobre todo en su entorno familiar. La Historia en general o con mayúsculas se nutre de esas experiencias y se puede explicar con los ejemplos cotidianos de las historias con minúsculas. Tacha es probablemente la mujer que más tuvo visibilidad en la familia de mi mamá, no sólo por ser líder en lo público, sino también en lo privado de la casa; ordenaba las agendas, organizaba las reuniones y llevaba un calendario de cumpleaños así como una lista de todos los integrantes de la familia, actualizada hasta su muerte. Nadie más ha hecho ese trabajo exhaustivo y con su fallecimiento se acabaron las reuniones con esa rigurosa organización y esa respuesta de los miembros familiares. ¿Es preciso biografiarla, aún con la subjetividad encima? Mi respuesta es que esa subjetividad es muchas veces necesaria para comprender contextos y especificidades que no nos da la lejanía a los casos que estudiamos.
Aunque nunca hablé personalmente con Miss Bell, ahora, después de cuatro años de leerla, escucharla, documentarla y encontrarla en los testimonios, puedo decir que la conozco. A mi manera y con mis fuentes, con mis ideas y mis subjetividades. La relaciono con algunas mujeres de mi familia como Tacha, pero también encuentro sus diferencias y sus contradicciones. Ni Ana María ni Amelia se casaron ni tuvieron hijos. Fueron maestras y proveedoras de familia, trabajadoras incansables y apasionadas de sus metas. Aunque la primera fue una férrea defensora de la política panista del bien común desde su catolicismo social y la segunda dijo que no era política pero esa era en sí, una posición política que le permitió negociar con distintos agentes educativos y sociales en Guadalajara. Ambas fueron católicas y lo vivieron de distintas maneras. Sus trayectorias iluminan la historia de la ciudad, de las clases medias, de las clases trabajadoras y de las movilizaciones femeninas de la primera mitad del siglo XX. Sus legados aún pueden encontrarse en la cotidianidad de sus ex alumnas y de sus familias. Esto sólo por resumir muy brevemente sus vidas. Ahora, dejo la invitación abierta y que quede como una semilla que quiero sembrar y de la que no espero resultados exprés, sino concienzudos, analizados, conflictivos y que nos cuestionen a nosotras mismas. ¿Por qué hacer biografías feministas?

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Hilda Monraz.
@_biographer

PlasmArte Ideas, abril, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas



COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel. 
[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es mi guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com










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