Jeffrey Jacob Abrams (Nueva York, 1966), mejor conocido como J. J. Abrams, es un director de cine famoso por varias cosas, la primera, por ser creador de la conocida serie Lost (2004 – 2010); durante las seis temporadas que estuvo al aire, mantuvo a su audiencia interesada por la situación de los sobrevivientes de un accidente aéreo perdidos en una “isla misteriosa”, pero de pronto se echó a perder con un final tan extravagante e inverosímil que a nadie gustó.
J. J. Abrams es también conocido, y odiado mundialmente por dos comunidades de fanáticos muy intensas y comprometidas (para no decir “obsesionadas”) con sus propios gustos, los admiradores de la serie Star Trek y Star Wars, por dirigir las películas Star Trek (2009), Star Trek Into Darkness (2013) y Star Wars: Episode VII - The Force Awakens (2015), producciones que llevaron a “J. J.” al hundimiento más profundo entre el gusto de los fans de la vieja guardia. Todo esto fue solo para dar un poco de contexto.
J. J. Abrams también tiene una intensa carrera como productor de varios proyectos, uno de ellos, la serie de películas: The Cloverfield.
En 2008 apareció en las pantallas de cine Cloverfield, llamada en México Cloverfield: Monstruoso, donde un gigantesco monstruo aparece de la nada en la ciudad de Nueva York destruyendo todo a su paso, la película era dirigida por Matt Reeves y producida por “J. J”. En 2016 se lanzó: 10 Cloverfield Lane, dirigida por Dan Trachtenberg y que, en apariencia, no tenía ningún vínculo en cuestión de guion con la primera parte; en esta nueva historia, una pareja queda atrapada en un búnker mientras una “situación extrema” se presenta en el exterior (omito más detalles a propósito por no echarles a perder la película).
Bueno, este año, a través de la plataforma Netflix, se presentó la última parte de esta trilogía, el filme The Cloverfield Paradox, este episodio, dirigido por Julius Onah y que, otra vez, en primera instancia no tiene vínculo con los otros, pero que al ir avanzando la película nos damos cuenta que esto no es así. La trama se desarrolla de la siguiente manera, el mundo -para variar- está en caos por una crisis energética que está a punto de desembocar en una guerra mundial, como solución, en órbita se construye una estación espacial internacional que, de funcionar, dará energía ilimitada al mundo.
Bueno, este año, a través de la plataforma Netflix, se presentó la última parte de esta trilogía, el filme The Cloverfield Paradox, este episodio, dirigido por Julius Onah y que, otra vez, en primera instancia no tiene vínculo con los otros, pero que al ir avanzando la película nos damos cuenta que esto no es así. La trama se desarrolla de la siguiente manera, el mundo -para variar- está en caos por una crisis energética que está a punto de desembocar en una guerra mundial, como solución, en órbita se construye una estación espacial internacional que, de funcionar, dará energía ilimitada al mundo.
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Este último episodio de Cloverfield recuerda al final de Lost, donde de manera muy forzada las tres películas son parte de una historia única y compleja. The Cloverfield Paradox es una película que por sí sola no es mala, pero sería mucho mejor tener presentes las otras dos producciones que nos ayudarán a entender este forzado círculo que se cierra poco a poco.
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Aquí el tráiler: https://www.netflix.com/mx/title/80134431
David A. Becerra.
PlasmArte Ideas, septiembre, 2018.
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Ensalada Freak es coordinada por David A. Becerra.
[*Cocinero de primera, perdón de primer año,
experto en revolver cosas sin un orden específico,
se me encargó la elaboración de ensaladas y otros platillos.
Tengo la intención de escribir varios libros,
de cursar varios diplomados, algunas maestrías y un par de doctorados,
hablo más o menos español, y lo escribo al 50%;
soy el fundador y único miembro de mi propio fanclub de Star Wars.]
Contacto: davidalfonsobecerra@gmail.com
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