Sección coordinada por Inés M. Michel*
Colaboración de Hilda Monraz
En
el año de 2006 se abrió la licenciatura en antropología en la
Universidad de Guadalajara. Para ese entonces, yo cursaba el cuarto o
quinto semestre de la licenciatura en historia en la misma
universidad, en el mismo centro universitario (CUCSH). Es decir,
estaba más o menos a la mitad de la carrera profesional. Me debatí
si debía o podía cambiarme para iniciar antropología, porque de
hecho durante la prepa alguna vez añoré estudiar dicha disciplina.
En aquellos momentos de bachillerato investigué dónde podía
estudiarla y me di cuenta que no existía en alguna universidad
pública en Jalisco, que me tendría que trasladar a otra ciudad,
preferentemente a la Ciudad de México. Según mis indagaciones de
ese tiempo, la mejor opción sería en la ENAH, pero a mi mamá no le
gustó la idea y definitivamente yo no me sentía capaz de dejar a mi
familia y mi terruño a los escasos 18 años de edad. Así que opté
por Clío y sólo esta apertura que me tocó a mitad del camino me
hizo dudar. Cuando lo pensé bien, me di cuenta que era mejor seguir
con la pasión histórica que ya tomaba forma en mí, y hasta hoy
sigo pensando que fue la mejor opción.
Desde
esos primeros semestres que me tocó saber de la nueva carrera en el
CUCSH, tan cerca de la mía (pues incluso la dirección estaba junto
a la de historia), escuché varias veces que el profesor que la
dirigía tenía fama de “coqueto” por decir lo menos. También se
burlaban diciendo que era el “comunista al que le había funcionado
el comunismo” debido a que llegaba en una camioneta de lujo. Nunca
tomé clases con él, ni siquiera le saludaba. Tampoco tomé materias
en la carrera de antropología, como muchos de historia lo hicieron
después, básicamente porque todo era nuevo en ese tiempo para los
de antropología y porque mi estancia en la UNAM poco tiempo después,
llenó mis expectativas de otros abordajes y otras clases sumamente
enriquecedoras. Me llamó la atención que incluso después de salir
(2009) y de titularme de historia, es decir hasta 2012, seguía
dirigiendo la carrera de antropología el mismo individuo. Aunque
sabía que estaba protegido por otros académicos en la universidad,
y esa realidad es muy común en la UdeG, no dejó de impresionarme
que ya hubieran pasado varios años sin muchos cambios en
antropología. Una vez más corroboré que mi decisión de no
cambiarme a esa licenciatura había sido la más acertada.
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Foto: Grisel Pajarito. Tomada de: ntrguadalajara.com |
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Este
año se cumplen 12 años de la fundación de esa licenciatura y
aparentemente no hubo cambios en la dirección; siguió el mismo
coordinador y las prácticas se parecen mucho a las que hay en la
mayoría de los departamentos universitarios. Sin embargo, en las
últimas semanas se presentó un hecho poco común y verdaderamente
alarmante. La maestra Tanya y la alumna “Cynthia” presentaron
denuncias penales contra Horacio N por acoso y hostigamiento sexual
en el contexto de su trabajo y estudio de la licenciatura en
antropología. No creo que sea común por varias razones; aunque el
acoso sexual es constante en distintas instituciones y lugares, su
denuncia no ocurre en la mayoría de los casos. Los porqués son
muchos y muy complejos: el miedo a que haya represalias contra la que
denuncia, que se les corten las oportunidades para seguir creciendo
en algún ambiente laboral y académico, e incluso la normalización
de la violencia que tenemos las mujeres como una forma de vida
cotidiana. Sobre todo, los hombres que ejercen este tipo de
violencias suelen ser poderosos y están bien relacionados con las
jerarquías, así que las mujeres que son sus víctimas tienen que
reunir ciertos capitales humanos, económicos y políticos para que
su voz sea escuchada, y aun así muchas veces pierden. Sin mencionar
el desgaste emocional y psicológico que sufren.
Es
muy alarmante que sucedan este tipo de acosos en una universidad
pública que se ufana en su lema: “PIENSA Y TRABAJA”, pero
sabemos que ha pasado durante muchos años en todos los niveles. Tal
vez lo único bueno es que hayan dejado el miedo atrás y se armaran
de valor para visibilizar el problema y denunciarlo. Pues como alguna
vez escuché en alguna marcha feminista: “Nos quitaron tanto, que
también se llevaron el miedo”. En una primera reacción de la
Universidad que fue más bien vergonzosa, las autoridades
universitarias dejaron ver su poco conocimiento sobre el caso en
cuestión y otros que sucedieron. Entre ellos se contradijeron en sus
declaraciones y dijeron que no destituirían al profesor de
antropología porque estaría en un “proceso administrativo” que
no requiere de una separación del cargo. Mencionaron que lamentaban
que las mujeres que denuncian a Horacio no hubieran acudido primero a
las autoridades de la Universidad, cuando se sabe que sí lo
hicieron, al menos la maestra Tanya lo hizo desde 2015, y no fue
escuchada. Recurrir a la denuncia penal fue el último paso que tuvo
que dar porque antes ninguna instancia le ayudó y tuvo que pedir
apoyo legal, psicológico, emocional y jurídico para hacerla.
¿Cuántas más se han quedado en el camino?
El
día miércoles 06 de junio de 2018 fuimos un grupo de académicos a
Rectoría de la Universidad de Guadalajara a presentar una carta que
al final de este texto transcribo. Acudimos en colectivo, con la
intención de dejar por escrito nuestra demanda, sin ningún tipo de
acto violento. Sin embargo, al llegar a la Secretaría Académica de
la Universidad, un hombre joven nos grabó y tomó fotos. Nosotras
nos estábamos tomando fotos para documentar que habíamos ido y
entregado la carta con las firmas, pero a nadie más fotografiamos,
apenas se veían las instalaciones. Nos percatamos de que dicho
personaje nos tomaba fotos sin permiso pero no reaccionamos en el
momento y no le pedimos que dejara de hacerlo. Yo solamente atiné en
tomarle una foto y bajó de inmediato su teléfono celular. ¿Por qué
hacer esto en plena Secretaría Académica de la Universidad? Creo
que con las firmas que nos dieron en carácter de “recibido” era
suficiente para documentar nuestra entrega frente a la Universidad,
además de que vienen nuestros nombres completos con adscripción
institucional en la mencionada carta. ¿Qué tipo de peligro
presentábamos un conjunto de profesores que sólo estábamos
entregando una denuncia de la manera más serena y directa posible?
No lo pudimos entender. Luego nos dirigimos a la rectoría del CUCSH
donde también dejamos la carta con las firmas y algunas compañeras
también fueron a la Fiscalía del Estado para hacer lo mismo en
aquel recinto. No fuimos las únicas, distintos grupos y asociaciones
han hecho sus denuncias públicas en diferentes medios, oralmente y
por escrito, desde que se ventilaron los casos de hostigamiento.
El
día 08 de junio de 2018, se publicó un comunicado por parte de las
autoridades universitarias que fue un poco más esclarecedor en su
posición con respecto al acoso sexual en la universidad. Se titula
“Por una Universidad libre de acoso y hostigamiento” y plantea
básicamente tres puntos concretos: 1- Generar un programa
institucional de apoyo y orientación, 2.- Enviar una iniciativa al
Consejo General Universitario para actualizar la normatividad,
tipificar el acoso y hostigamiento como faltas graves y 3.-
Desarrollar una cultura de prevención. A grandes rasgos, pero se
puede consultar completo en sus redes sociales, presento aquí la versión en su cuenta de twitter oficial. Aunque está fechado el 07 de junio, lo cierto es que se publicó
hasta el día siguiente según los registros en sus cuentas de redes
sociales. También notificaron que el Coordinador de la carrera de
Antropología ya había sido dado de baja desde días atrás.
El
10 de junio de 2018 se publicó en las noticias del portal de la UdeG
una nota que habla del inicio de la consulta sobre el Protocolo de
atención a casos de acoso y hostigamiento en la Universidad. Según
dicha publicación, estará abierta al público entre el 11 y 17 de
junio del presente para generar ideas en torno al Protocolo, que
según la misma fuente, ya está siendo analizado por especialistas
en el tema de género y derechos humanos, aunque no especifica
quiénes son. La nota puede leerse completa aquí.
Me parece relevante que compartamos esta información ya que podemos
entrar a dicha consulta a través de esta liga.
Aseguran que las voces serán escuchadas para la creación del
mencionado Protocolo, pero lo cierto es que habría que estar
vigilando si efectivamente se realizará el análisis y sobre todo,
si se pondrá en marcha. Por ahora sabemos que además de los casos
que mencioné arriba, se han unido más denuncias en distintos
Centros Universitarios, como en el CUCS donde al menos son 8 casos
más de acoso y hostigamiento sexual. Celebro que más mujeres hayan
tenido la fuerza para hacer público lo que han sufrido y espero que
sean más las que puedan denunciar para erradicar de manera efectiva
estos casos de violencia y podamos tener espacios sin acoso ni
hostigamiento sexual.
Como
dije anteriormente, yo jamás crucé palabra con Horacio, pero
escuchaba los rumores sobre sus conductas. No sé si tuve “suerte”
o “fui privilegiada” al no sufrir acoso durante mi estancia en la
Universidad. Creo que habría que analizar con más detalle la
posición que tenemos las mujeres al interior de distintas
instituciones, pues esto daría luz sobre las dinámicas de poder que
se viven y las desigualdades que aún existen. Sin embargo, como
estudiante de doctorado y miembro de la comunidad académica en
Guadalajara, me siento responsable de que estos casos se visibilicen
y se penalicen conforme a la ley. Mi apoyo está con las víctimas y
pugno, como muchas más lo han dicho y propuesto, no sólo por la
creación de Protocolos que a veces sólo quedan en letra muerta,
sino castigar a los culpables y fomentar ambientes libres de
violencia.
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Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas
COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel.
[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre).
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones.
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror.
Casiopea es mi guía y confidente.]
Contacto: inesm.michel@gmail.com
___________________________________________________
Anexo: PRONUNCIAMIENTO
¡NUNCA MÁS SOLAS!
¡DEJEMOS
DE LADO LA INDIFERENCIA!
¡NO
MAS VIOLENCIA SEXUAL!
¡RESPETO
A TODOS Y CADA UNO DE LOS UNIVERSITARIOS!
Mtro. Raúl Sánchez Jiménez, Fiscal General del Estado de Jalisco.
Dr.
Miguel Ángel Navarro Navarro, Rector General de la Universidad de
Guadalajara.
Las
y los abajo firmantes, trabajadores de instituciones universitarias y
académicas, expresamos nuestro más irrestricto apoyo a Tanya
Elizabeth Méndez Luévano y “Cynthia”, profesora y alumna de la
Licenciatura en Antropología de la Universidad de Guadalajara;
compañeras que han presentado una denuncia judicial de acoso
sexual en contra del coordinador de dicha licenciatura, Horacio
Hernández Casillas.
Muchos
de los maestros y alumnos de la Universidad han pasado de manera
cotidiana por situaciones similares a las de las compañeras
denunciantes o han sido sujetos de acoso laboral a través del manejo
discrecional de asignación de materias, horarios, cargas de trabajo;
prácticas corruptas como otorgamiento de prerrogativas, nepotismo,
supuestas ayudas a estudiantes y académicos en situaciones frágiles
a cambio de “favores” de todo tipo; presiones, amenazas y
extorsiones a estudiantes y trabajadores universitarios. De
éstas y otras prácticas acosadoras sexual y laboralmente realizadas
por Hernández Casillas, hemos sido sujetos o testigos muchos de
quienes suscribimos esta declaración. El silencio que al respecto se
ha guardado tiene su explicación en el miedo a posibles represalias
por parte de las autoridades de la institución y de las
organizaciones de representación estudiantil, laboral y académica,
ya que hemos atestiguado cómo han encubierto en este caso
particular, a Hernández Casillas, y de manera general, a muchos
otros “universitarios”.
En
respaldo a la denuncia de las compañeras y por lo mencionado antes,
SOLICITAMOS
A las autoridades
judiciales que procedan con estricto apego a la Ley.
A
las autoridades de la Universidad de Guadalajara la expulsión del
señor Hernández Casillas de la institución, ya que de seguir como
funcionario o profesor representaría una amenaza para sus compañeros
y para los jóvenes estudiantes, cuya principal demanda en estos
momentos es la seguridad.
NOMBRE
FIRMA
INSTITUCIÓN
C.c.p.
Lic. Zulema Carrillo Núñez, Coordinadora General del Centro de
Justicia para Mujeres del Estado de Jalisco.
C.c.p.
Dra. Carmen Enedina Rodríguez Armenta, Vicerrectora Ejecutiva, U. de
G.
C.c.p.
Mtro. José Alfredo Peña Ramos, Secretario General, U. de G.
C.c.p.
Dr. Héctor Raúl Solís Gadea, Rector del Centro Universitario de
Ciencias Sociales y Humanidades, U. de G.
C.c.p.
Dra. María Guadalupe Moreno González, Secretaria Académica, CUCSH,
U. de G.
C.c.p.
Dr. David Carbajal López, Director de la División de Estudios
Históricos y Humanos, CUCSH, U. de G.
C.c.p.
Dra. Alicia Vargas Amésquita, Jefa del Departamento de Historia,
DEHH, CUCSH, U. de G.
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