martes, 12 de junio de 2018

COCTEL DE LETRAS | Herstorian - Acoso y hostigamiento sexual en Antropología de la UdeG: ¿Por un protocolo contra la violencia?

Sección coordinada por Inés M. Michel*







Colaboración de Hilda Monraz





En el año de 2006 se abrió la licenciatura en antropología en la Universidad de Guadalajara. Para ese entonces, yo cursaba el cuarto o quinto semestre de la licenciatura en historia en la misma universidad, en el mismo centro universitario (CUCSH). Es decir, estaba más o menos a la mitad de la carrera profesional. Me debatí si debía o podía cambiarme para iniciar antropología, porque de hecho durante la prepa alguna vez añoré estudiar dicha disciplina. En aquellos momentos de bachillerato investigué dónde podía estudiarla y me di cuenta que no existía en alguna universidad pública en Jalisco, que me tendría que trasladar a otra ciudad, preferentemente a la Ciudad de México. Según mis indagaciones de ese tiempo, la mejor opción sería en la ENAH, pero a mi mamá no le gustó la idea y definitivamente yo no me sentía capaz de dejar a mi familia y mi terruño a los escasos 18 años de edad. Así que opté por Clío y sólo esta apertura que me tocó a mitad del camino me hizo dudar. Cuando lo pensé bien, me di cuenta que era mejor seguir con la pasión histórica que ya tomaba forma en mí, y hasta hoy sigo pensando que fue la mejor opción.
Desde esos primeros semestres que me tocó saber de la nueva carrera en el CUCSH, tan cerca de la mía (pues incluso la dirección estaba junto a la de historia), escuché varias veces que el profesor que la dirigía tenía fama de “coqueto” por decir lo menos. También se burlaban diciendo que era el “comunista al que le había funcionado el comunismo” debido a que llegaba en una camioneta de lujo. Nunca tomé clases con él, ni siquiera le saludaba. Tampoco tomé materias en la carrera de antropología, como muchos de historia lo hicieron después, básicamente porque todo era nuevo en ese tiempo para los de antropología y porque mi estancia en la UNAM poco tiempo después, llenó mis expectativas de otros abordajes y otras clases sumamente enriquecedoras. Me llamó la atención que incluso después de salir (2009) y de titularme de historia, es decir hasta 2012, seguía dirigiendo la carrera de antropología el mismo individuo. Aunque sabía que estaba protegido por otros académicos en la universidad, y esa realidad es muy común en la UdeG, no dejó de impresionarme que ya hubieran pasado varios años sin muchos cambios en antropología. Una vez más corroboré que mi decisión de no cambiarme a esa licenciatura había sido la más acertada.

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Foto: Grisel Pajarito. Tomada de: ntrguadalajara.com

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Este año se cumplen 12 años de la fundación de esa licenciatura y aparentemente no hubo cambios en la dirección; siguió el mismo coordinador y las prácticas se parecen mucho a las que hay en la mayoría de los departamentos universitarios. Sin embargo, en las últimas semanas se presentó un hecho poco común y verdaderamente alarmante. La maestra Tanya y la alumna “Cynthia” presentaron denuncias penales contra Horacio N por acoso y hostigamiento sexual en el contexto de su trabajo y estudio de la licenciatura en antropología. No creo que sea común por varias razones; aunque el acoso sexual es constante en distintas instituciones y lugares, su denuncia no ocurre en la mayoría de los casos. Los porqués son muchos y muy complejos: el miedo a que haya represalias contra la que denuncia, que se les corten las oportunidades para seguir creciendo en algún ambiente laboral y académico, e incluso la normalización de la violencia que tenemos las mujeres como una forma de vida cotidiana. Sobre todo, los hombres que ejercen este tipo de violencias suelen ser poderosos y están bien relacionados con las jerarquías, así que las mujeres que son sus víctimas tienen que reunir ciertos capitales humanos, económicos y políticos para que su voz sea escuchada, y aun así muchas veces pierden. Sin mencionar el desgaste emocional y psicológico que sufren.
Es muy alarmante que sucedan este tipo de acosos en una universidad pública que se ufana en su lema: “PIENSA Y TRABAJA”, pero sabemos que ha pasado durante muchos años en todos los niveles. Tal vez lo único bueno es que hayan dejado el miedo atrás y se armaran de valor para visibilizar el problema y denunciarlo. Pues como alguna vez escuché en alguna marcha feminista: “Nos quitaron tanto, que también se llevaron el miedo”. En una primera reacción de la Universidad que fue más bien vergonzosa, las autoridades universitarias dejaron ver su poco conocimiento sobre el caso en cuestión y otros que sucedieron. Entre ellos se contradijeron en sus declaraciones y dijeron que no destituirían al profesor de antropología porque estaría en un “proceso administrativo” que no requiere de una separación del cargo. Mencionaron que lamentaban que las mujeres que denuncian a Horacio no hubieran acudido primero a las autoridades de la Universidad, cuando se sabe que sí lo hicieron, al menos la maestra Tanya lo hizo desde 2015, y no fue escuchada. Recurrir a la denuncia penal fue el último paso que tuvo que dar porque antes ninguna instancia le ayudó y tuvo que pedir apoyo legal, psicológico, emocional y jurídico para hacerla. ¿Cuántas más se han quedado en el camino?
El día miércoles 06 de junio de 2018 fuimos un grupo de académicos a Rectoría de la Universidad de Guadalajara a presentar una carta que al final de este texto transcribo. Acudimos en colectivo, con la intención de dejar por escrito nuestra demanda, sin ningún tipo de acto violento. Sin embargo, al llegar a la Secretaría Académica de la Universidad, un hombre joven nos grabó y tomó fotos. Nosotras nos estábamos tomando fotos para documentar que habíamos ido y entregado la carta con las firmas, pero a nadie más fotografiamos, apenas se veían las instalaciones. Nos percatamos de que dicho personaje nos tomaba fotos sin permiso pero no reaccionamos en el momento y no le pedimos que dejara de hacerlo. Yo solamente atiné en tomarle una foto y bajó de inmediato su teléfono celular. ¿Por qué hacer esto en plena Secretaría Académica de la Universidad? Creo que con las firmas que nos dieron en carácter de “recibido” era suficiente para documentar nuestra entrega frente a la Universidad, además de que vienen nuestros nombres completos con adscripción institucional en la mencionada carta. ¿Qué tipo de peligro presentábamos un conjunto de profesores que sólo estábamos entregando una denuncia de la manera más serena y directa posible? No lo pudimos entender. Luego nos dirigimos a la rectoría del CUCSH donde también dejamos la carta con las firmas y algunas compañeras también fueron a la Fiscalía del Estado para hacer lo mismo en aquel recinto. No fuimos las únicas, distintos grupos y asociaciones han hecho sus denuncias públicas en diferentes medios, oralmente y por escrito, desde que se ventilaron los casos de hostigamiento.
El día 08 de junio de 2018, se publicó un comunicado por parte de las autoridades universitarias que fue un poco más esclarecedor en su posición con respecto al acoso sexual en la universidad. Se titula “Por una Universidad libre de acoso y hostigamiento” y plantea básicamente tres puntos concretos: 1- Generar un programa institucional de apoyo y orientación, 2.- Enviar una iniciativa al Consejo General Universitario para actualizar la normatividad, tipificar el acoso y hostigamiento como faltas graves y 3.- Desarrollar una cultura de prevención. A grandes rasgos, pero se puede consultar completo en sus redes sociales, presento aquí la versión en su cuenta de twitter oficial. Aunque está fechado el 07 de junio, lo cierto es que se publicó hasta el día siguiente según los registros en sus cuentas de redes sociales. También notificaron que el Coordinador de la carrera de Antropología ya había sido dado de baja desde días atrás.
El 10 de junio de 2018 se publicó en las noticias del portal de la UdeG una nota que habla del inicio de la consulta sobre el Protocolo de atención a casos de acoso y hostigamiento en la Universidad. Según dicha publicación, estará abierta al público entre el 11 y 17 de junio del presente para generar ideas en torno al Protocolo, que según la misma fuente, ya está siendo analizado por especialistas en el tema de género y derechos humanos, aunque no especifica quiénes son. La nota puede leerse completa aquí. Me parece relevante que compartamos esta información ya que podemos entrar a dicha consulta a través de esta liga. Aseguran que las voces serán escuchadas para la creación del mencionado Protocolo, pero lo cierto es que habría que estar vigilando si efectivamente se realizará el análisis y sobre todo, si se pondrá en marcha. Por ahora sabemos que además de los casos que mencioné arriba, se han unido más denuncias en distintos Centros Universitarios, como en el CUCS donde al menos son 8 casos más de acoso y hostigamiento sexual. Celebro que más mujeres hayan tenido la fuerza para hacer público lo que han sufrido y espero que sean más las que puedan denunciar para erradicar de manera efectiva estos casos de violencia y podamos tener espacios sin acoso ni hostigamiento sexual.
Como dije anteriormente, yo jamás crucé palabra con Horacio, pero escuchaba los rumores sobre sus conductas. No sé si tuve “suerte” o “fui privilegiada” al no sufrir acoso durante mi estancia en la Universidad. Creo que habría que analizar con más detalle la posición que tenemos las mujeres al interior de distintas instituciones, pues esto daría luz sobre las dinámicas de poder que se viven y las desigualdades que aún existen. Sin embargo, como estudiante de doctorado y miembro de la comunidad académica en Guadalajara, me siento responsable de que estos casos se visibilicen y se penalicen conforme a la ley. Mi apoyo está con las víctimas y pugno, como muchas más lo han dicho y propuesto, no sólo por la creación de Protocolos que a veces sólo quedan en letra muerta, sino castigar a los culpables y fomentar ambientes libres de violencia.

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Hilda Monraz.
@_biographer
PlasmArte Ideas, junio, 2018.
Twitter: @plasmarteideas
Instagram: @plasmarteideas




COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel. 
[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre). 
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones. 
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror. 
Casiopea es mi guía y confidente.]

Contacto: inesm.michel@gmail.com











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Anexo: PRONUNCIAMIENTO



¡NUNCA MÁS SOLAS!
¡DEJEMOS DE LADO LA INDIFERENCIA!
¡NO MAS VIOLENCIA SEXUAL!
¡RESPETO A TODOS Y CADA UNO DE LOS UNIVERSITARIOS!




Mtro. Raúl Sánchez Jiménez, Fiscal General del Estado de Jalisco.
Dr. Miguel Ángel Navarro Navarro, Rector General de la Universidad de Guadalajara.



Las y los abajo firmantes, trabajadores de instituciones universitarias y académicas, expresamos nuestro más irrestricto apoyo a Tanya Elizabeth Méndez Luévano y “Cynthia”, profesora y alumna de la Licenciatura en Antropología de la Universidad de Guadalajara; compañeras que han presentado una denuncia  judicial de acoso sexual en contra del coordinador de dicha licenciatura, Horacio Hernández Casillas.

Muchos de los maestros y alumnos de la Universidad han pasado de manera cotidiana por situaciones similares a las de las compañeras denunciantes o han sido sujetos de acoso laboral a través del manejo discrecional de asignación de materias, horarios, cargas de trabajo; prácticas corruptas como otorgamiento de prerrogativas, nepotismo, supuestas ayudas a estudiantes y académicos en situaciones frágiles a cambio de “favores” de todo tipo; presiones, amenazas y extorsiones a estudiantes y trabajadores universitarios.  De éstas y otras prácticas acosadoras sexual y laboralmente realizadas por Hernández Casillas, hemos sido sujetos o testigos muchos de quienes suscribimos esta declaración. El silencio que al respecto se ha guardado tiene su explicación en el miedo a posibles represalias por parte de las autoridades de la institución y de las organizaciones de representación estudiantil, laboral y académica, ya que hemos atestiguado cómo han encubierto en este caso particular, a Hernández Casillas, y de manera general, a muchos otros “universitarios”.
En respaldo a la denuncia de las compañeras y por lo mencionado antes,

SOLICITAMOS
A las autoridades judiciales que procedan con estricto apego a la Ley.


A las autoridades de la Universidad de Guadalajara la expulsión del señor Hernández Casillas de la institución, ya que de seguir como funcionario o profesor representaría una amenaza para sus compañeros y para los jóvenes estudiantes, cuya principal demanda en estos momentos es la seguridad.


NOMBRE                              FIRMA                                  INSTITUCIÓN



C.c.p. Lic. Zulema Carrillo Núñez, Coordinadora General del Centro de Justicia para Mujeres del Estado de Jalisco.
C.c.p. Dra. Carmen Enedina Rodríguez Armenta, Vicerrectora Ejecutiva, U. de G.
C.c.p. Mtro. José Alfredo Peña Ramos, Secretario General, U. de G.
C.c.p. Dr. Héctor Raúl Solís Gadea, Rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, U. de G.
C.c.p. Dra. María Guadalupe Moreno González, Secretaria Académica, CUCSH, U. de G.
C.c.p. Dr. David Carbajal López, Director de la División de Estudios Históricos y Humanos, CUCSH, U. de G.
C.c.p. Dra. Alicia Vargas Amésquita, Jefa del Departamento de Historia, DEHH, CUCSH, U. de G.


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