viernes, 1 de junio de 2018

MOUSSE MEDIA | Colaboración especial - La gracia y el coraje de Miranda July


[Sección coordinada  por Víctor D. Magallón*] 



      

                                                                          Colaboración especial de Ivonne Solano




“Si sigues amando sinceramente lo que verdaderamente es digno de amor, 
y no el amor en cosas insignificantes y vacías, 
vas a obtener, poco a poco, más luz y será cada vez más fuerte”.


Van Gogh.





Encuentros fortuitos desencadena una sala de arte. Desde ver tu trabajo proyectado, recibir una llamada inesperada pero grata, hasta ver textos en la piel humana; así son los fragmentos en la piel que definen historias: “ámame así, fatal cosmopolita, universal, inmensa, única, sola y todas, misteriosa y erudita”, las palabras de Rubén Darío que introducen una catarsis proveniente, nuevamente, del trabajo de Miranda July. 


Me and you and everyone we know (2005), es la esencia de las conexiones humanas en un lenguaje poético describiendo lo visual, verbal, y en la secuencia de las etapas de la vida. Una se puede reflejar en la niña de ocho años queriendo ser la mujer ama de casa, la adolescente, buscando despertar atracción sensual en personas mayores, la mujer de treinta años anhelando compañía sincera, o el delicado y dorado pez que su vida se ve comprometida entre tres carros en movimiento y la desértica carretera.

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July nos describe a lo que Girondo refiere en los famosos espantapájaros: “yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades”, así con libertad, coraje y gracia uno emprende el conocimiento personal, fuera de sí, en medio de una crisis, en sanar el duelo, llorar y gritar dentro del carro y escribir en el parabrisas “FUCK!”, quemarse la mano para poder sentir nuevamente o, quizá, renacer después de morir por amor. Miranda en cada toma vislumbra una búsqueda de sobrevivir en el día a día a las exigencias del mundo interno y externo, a la comprensión social y, en efecto, TODOS LO SABEMOS.

De manera simbólica Miranda visualiza el amor con un par de zapatos rosados, en un juego de tres momentos que bien describe Van Gogh en las cartas a su hermano, dicho movimiento se sitúa en tres grados: 1. No amar ni ser amado 2. Amar y no ser correspondido 3. Amar y ser amado.

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Desgarrarse el alma es necesario, como lo hemos comentado en textos anteriores, pero como anillo al dedo nos viene bien una frase que quizá hemos escuchado desde tiempos remotos pero que concreta en la necesidad de amar para luego perder el amor y finalmente amar de nuevo, todo como un renacer del alma.




La dimensión del alma, aquella donde habita el afecto sincero, es decir, la conexión humana atemporal en la que podemos entrar a ese portal sensorio con un simple abrazo, donde la personalidad se funde. Dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en parte del universo impersonal, con todo y los sentidos al borde, tal cual Antípodas de la mente para entonces con coraje y gracia apreciar los detalles que cada día nos ofrece: “Nevermind, let’s go, let’s go everywhere, everywhere, even though we’re scared, we’re scared. Cause it’s life, it’s life, and it’s happening, really really happening. Right… now.” 



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Ivonne Solano.
ivonnexd@gmail.com


PlasmArte Ideas, junio, 2018.

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*Mousse Media, es coordinada por de Víctor D. Magallón

[Cafeinómano y fiel defensor del código de los caballeros pizza. 
Gusta de realizar sesudos análisis en busca de la última temporada de 
Los Simpson que haya valido la pena.] 

Contacto: victor.dmagallon@gmail.com


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