[Sección coordinada por Inés M. Michel*]
[Colaboración especial de Aleqs Garrigóz]
Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, México, 1986), ha publicado Abyección (2003), Luces blancas en la noche (2004), Perturbación de la mente (2004), La promesa un poeta (2005), Páginas que caen (2008, 2013), y La risa de los imbéciles (2013).
Ha ganado el Premio de Literatura Adalberto Navarro Sánchez 2005 (Secretaría de Cultura de Jalisco), Premio de Literatura 2008 de la municipalidad de Guanajuato, Premio Espiral 2011 y 2012 de Poesía (Universidad de Guanajuato). Y recibido Mención Honorífica en el I Concurso de Cuento y Poesía de la Universidad Marista de Querétaro, en el V Concurso de Poesía María Luis Moreno, de la ciudad de Dolores, Hidalgo, Gto. y en el I Concurso de Poesía La Palabra de mi voz, de la editorial estadounidense Entre Líneas.
Ganador del I Concurso de Poesía Emergente de la editorial Nauyaca en 2013. Ha publicado poemas en diversos medios impresos y electrónicos de México, España y países hispanos. Figura en una decena de antologías literarias editadas en México.
Coctel de letras presenta estos cuatro textos hilados en la exploración de la animalidad. Las imágenes que acompañan las cuatro prosas fueron seleccionadas por PlasmArte Ideas.
LA HIENA
Perra atigrada, felona de las praderas, la hiena tiene el cuerpo manchado por el delito. Comensal nefando e impúdico, deshonrosa aficionada a los cadáveres, gusta de abordar a sus víctimas en ventajosa manada.
Estridente en su chocante delirio sanguinario –al que se entrega en desenfreno, babeante e histérica–, se diría que es de la idiocia una encarnación: ríe tan cínicamente de sus ultrajes cotidianos que su visión nos inspira repugnancia.
Sus trucos favoritos: enseñar las garras, robar carne a punto de la putrefacción, molestar al que sólo quiere beber agua.
Ningún camino es lo suficiente corrupto para albergar su paso renqueante, la lubricidad de sus instintos tan bajos, su hediondez a orgía, el asedio centelleando en el pequeño infierno de sus ojos.
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Representación de la Bestia de Gévaudan como una hiena.
Bibliothèque Nationale. Recueil Magné de Marolles.
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EL LOBO
Su hermosura glacial y trashumante, su simpatía vestida de un pelaje que invita a posarle largamente las manos ateridas de frío, su caminar acariciado con reverencia por la mirada obediente, los ojos como dos brasas que encienden la negrura (sus ojos son una intimidación), las piernas ágiles en correr los bosques de un cuento donde ha de devorar a un niño, su huella graciosa en la nieve, el hocico que lame la sangre en mansedumbre: todo él, gallardo y sobrio, es la imagen animal del más oscuro sueño romántico. Nuestro espíritu se alarga por perseguirlo y visitar en sueños su morada.
Cuánto duele su apostura a los poetas, la conciencia de su perversidad instalada rígidamente en su sino.
Arrebata los rebaños, dejándonos como recuerdo de su paso un jirón desparramado. Desea a nuestros hijos. Padre adoptivo de pueblos que devastan, su ferocidad es inclemente.
Por eso lo anatematizan los libros; el campesino le dispara sin miramientos. Y el hechicero lo quiere para usar en sus planes malévolos su alma convertida en esclava, o, ya en un rapto lunático, se convierte en él.
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Sueño de una noche de ser hombre-lobo.
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LA MOSCA
Sus ojos son poliédricos. En ellos –cristales geométricamente quebrados– se multiplica la inmundicia. Sus ojos son poliédricos para reconocernos mejor.
Su trompa se prolonga para succionar la pureza de la pudrición. Sus extremidades son llanamente responsables del exterminio histórico y sostenido de los hombres: cangrenas, diarreas y cóleras sin curación.
Sus alas se abren para volar a un lugar cada vez más asqueroso. Serafín del mal, lleva la muerte a donde va: la misma que la nutre y mantiene.
Y, ay, el que la observa siente una fascinación por esos ojos enormes que lo miran a uno desde una conciencia de clase inabordable.
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Alesia Lund, 2010.
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LA TENIA
Hurtando –qué alevosamente– el escaso nutriente del niño famélico, la tenia es la cuerda, el látigo interior para ahorcar y castigar pobrezas: cinta de un regalo que es la consunción.
Propagada por la mierda, es del hombre secreta compañera. Invasora campeando en sus tripas, en el asco de sus maneras, en el sigilo de una miserable labor, en su tenaz soledad es completa: sin necesitar amor o sexo, se replica a sí misma para infestar mezquinamente al mundo. Los cerdos son sus aliados en ello: darán su carne para cerrar, en otro infeliz, el ominoso círculo.
Y sus larvas carcomerán sus ojos, el cerebro. Forzarán convulsiones sin mística.
Ingenuo, el albergante no sospechará que su oscura huésped mide ya cuatro veces lo que él.
PlasmArte Ideas, abril, 2016
COCTEL DE LETRAS es coordinada por Inés M. Michel
[*Egresada del Instituto de Ciencias, generación 100, (100cias100pre).
Las letras me han salvado de los hombres grises en innumerables ocasiones.
Fiel lectora de Ende y de un sinfín de historias fantásticas y de terror.
Casiopea es mi guía y confidente.]
Contacto: inesm.michel@gmail.com